El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, resaltó que su país y México “sueñan con una Norteamérica, que sea fuerte y unida o un continente incluyente, en donde la prosperidad se celebra y donde trabajemos con firmeza para asegurarnos que cada vez haya más personas que se beneficien de estos esfuerzos”.
Durante la cena de honor ofrecida al presidente Enrique Peña Nieto destacó que se comparte “el deseo de construir relaciones más respetuosas con los pueblos indígenas y de la misma manera hemos compartido nuestros intereses económicos”.
El primer ministro Trudeau indicó que tanto Canadá como México “entienden lo importante que es tener una relación productiva, respetuosa, con mayor comercio y una mayor generación de empleo y un crecimiento mayor”.
Recordó la ayuda brindada por México a su país durante los incendios de Fort McMurray, al enviar 41 bomberos que apoyaron para sofocarlos
Expresó Peña Nieto que este tipo de ayuda “es justamente lo que hacen los buenos vecinos y, en nombre de todos los canadienses, quisiera expresarle mi gratitud por enviarnos esta ayuda en un momento en que la necesitábamos. Lo apreciamos, y no lo vamos a olvidar”.
Por su parte, el presidente de México, Enrique Peña Nieto indicó que el respeto a la diversidad y la inclusión social son valores que ambos países “apreciamos y defendemos”, porque “son valores que fortalecen y renuevan la amistad” entre ambas naciones.
El titular del Ejecutivo mexicano expresó a Trudeau: “Trabajemos juntos para que el futuro de la relación entre Canadá y México sea fuente de prosperidad para ambas naciones, de cooperación entre nuestros pueblos y de aportaciones conjuntas para un mundo mejor”.
En el museo Casa Loma, y acompañados ambos por integrantes de sus respectivas Comitivas, el Presidente Peña Nieto recordó las palabras que el hoy Primer Ministro canadiense expresó en las exequias de su padre, Pierre Elliott Trudeau, en el año 2000, ante líderes de todo el mundo. En aquella ocasión, añadió, compartió el pensamiento de su señor padre: “La simple tolerancia no es suficiente; necesitamos un genuino y profundo respeto por cada ser humano, sin importar sus pensamientos, sus creencias o sus orígenes”.