Seis científicos completaron el domingo un año de simulación marciana en Hawaii, que pasaron dentro de una cúpula prácticamente en aislamiento.
Durante el último año, los expertos que vivían en la cúpula, en el monte Mauna Loa, sólo pudieron salir al exterior con trajes espaciales.
La simulación terminó el domingo y los científicos pudieron salir.
El francés Cyprien Verseux, que formaba parte del equipo, dijo que la simulación demuestra que una misión a Marte puede tener éxito.
“Puedo darles mi impresión personal, que es que una misión a Marte en el futuro cercano es realista. Creo que los obstáculos tecnológicos y psicológicos pueden superarse”, dijo Verseux.
La alemana Christiane Heinicke, también participante, dijo que los científicos pudieron conseguir su propia agua en un clima seco.
“Demostrando que funciona, uno puede conseguir agua de un terreno aparentemente seco. Funcionaría en Marte, y las implicaciones son que podría conseguirse agua en Marte de una pequeña estructura de invernadero”, explicó.
Tristan Bassingthwaighte, estudiante de doctorado en arquitectura en la Universidad de Hawaii, sirvió como arquitecto del proyecto.
“La investigación de la UH que se está desarrollando aquí es súper vital en lo referente a elegir tripulantes, a determinar cómo va a trabajar la gente en realidad en diferentes clases de misiones, y resolver el aspecto de factor humano del viaje espacial, la colonización, lo que sea que se esté estudiando”, afirmó Bassingthwaighte.
Los expertos están deseando bañarse en el océano y comer productos frescos y otros artículos que no estaban disponibles en la cúpula, comentó Kim Binsted, investigadora principal de Simulación y Exploración Análoga Espacial de Hawaii (HI-SEAS, por sus siglas en inglés).
“HI-SEAS es un ejemplo de proyecto internacional colaborativo de investigación auspiciado y dirigido por la Universidad de Hawaii. De modo que resulta muy emocionante poder dar la bienvenida a la tripulación de vuelta a la Tierra y de vuelta a Hawaii tras un año en Marte”, dijo Binsted.
La NASA financió el estudio a través de la Universidad de Hawaii. Binsted señaló que la simulación fue la segunda más larga de su clase, tras una misión en Rusia que duró 520 días.
Los científicos en la simulación de Hawaii gestionaron recursos limitados al tiempo que hacían estudios y trabajaron para evitar conflictos personales.