Angela Nikolau es una moscovita de 23 años, adicta al roofing, un deporte extremo que consiste en pasear por los techos de edificios, torres y construcciones para tomarse selfis.
Las fotos de sus aventuras en lo alto de edificios de diversas ciudades del mundo están en sus redes sociales.
“Empecé a subir a los tejados en el séptimo u octavo grado. En esa época no tenía una cámara, mucho menos un teléfono con cámara”, dice Nikolau a Sputnik al hablar de sus inicios en el ‘roofing’.
Cuenta que en 2013 entró “en contacto con personas que compartían mi manera de pensar, quienes empezaron a tomarme fotos en los techos. Más adelante, adquirí una pequeña cámara y empecé a poner mis fotografías en Instagram”.
Nikolau también narra cómo ella y sus amigos tienen que burlar a las cámaras de seguridad, a los guardias y a los sistemas de alarmas, pues carecen de permiso oficial para subir a las azoteas.
“Suelo ir con mis amigos y no tenemos ninguna clase de seguridad”, explica Angela, quien desde los cuatro años ha practicado gimnasia artística.
“Este entrenamiento me ha ayudado mucho en mi vida y por supuesto también a la hora de escalar y subir a los techos”.
“Al principio tenía miedo, pero ahora estoy acostumbrada y no siento miedo, aunque recientemente junto con Ivan Kuznetsov -mi novio-, subí a la construcción más alta del mundo, localizada en China, que tiene una altura de 640 metros”.
Para esa ocasión “tuve que estar en el techo por 5 o 10 minutos para acostumbrarme a la nueva altura, antes de subir al punto más alto”, revela la intrépida joven.
Aunque los padres de Angela no están en contra del ‘hobby’ de la joven, esperan que no se convierta en el objetivo principal de la deportista.
“Sin embargo, a mis abuelos les digo que es Photoshop, para que no se preocupen demasiado”, bromea la joven. dec