Testigo dice que presidente de Filipinas ordenó asesinatos

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ordenó el asesinato de centenares de personas, entre narcos, adversarios y periodistas, mientras fue alcalde de la sureña ciudad de Davao, denunció hoy un sicario arrepentido.

En una comparecencia ante el Senado, el exsicario se identificó como Édgar Matobato, de 57 años, y miembro del llamado Escuadrón de la Muerte de Davao (DDS), compuesto por policías y rebeldes, los cuales se encargaban de llevar a cabo las supuestas órdenes de asesinato de Duterte.

Matobato, quien se dijo arrepentido de sus crímenes, afirmó que mientras fue alcalde de Davao, el actual presidente ordenó la muerte de centenares de criminales y oponentes políticos, e incluso él mismo habría disparado contra uno de ellos.

Pese a que Duterte, quien asumió la presidencia filipina el 30 de junio pasado, ha negado la existencia del DDS, el exsicario dio detalles del origen del escuadrón y de las atrocidades que se cometieron por órdenes directas del exalcalde.

Matobato dijo que el escuadrón de la muerte comenzó a finales de 1980, inicialmente con el nombre de “Muchachos de la Lambada” y que sigue funcionando hasta ahora en Davao, aunque ahora es conducido por la hija de Duterte, Sara, quien es la alcalde, y su hijo, Paolo, vicealcalde.

Sin embargo, el criminal arrepentido dijo que el grupo sigue aún bajo las órdenes directas de Duterte o de jefes de la Policía de la ciudad de Davao, que son cercanos al presidente, según un reporte de la cadena informativa ABS-CBN News.

“Nuestra principal tarea era matar a criminales como vendedores de drogas, violadores y ladrones. Eran las clases de personas que matamos todos los días, aunque no todos nuestros objetivos eran criminales”, subrayó Matobato, al recordar su labor como miembro del DDS.

Uno de ellos era, explicó el exsicario bajo juramento, aparentemente el novio de la hermana de Duterte; otro un periodista local que había criticado al actual presidente cuando era alcalde de Davao; un político rival y sus guardaespaldas y otras dos personas que eran enemigos de su hijo.

“Les quitábamos la ropa, quemábamos sus cuerpos y los demolíamos. Una de las víctimas, un sospechoso de secuestro, fue lanzado vivo a los cocodrilos para que se lo comieran. Otros fueron enterrados en una cantera propiedad de un miembro del DSS”, declaró.

Matobato dijo que dejó el escuadrón de la muerte en 2013, porque se sentía culpable de lo que estaba pasando y entró en un programa de protección de testigos del gobierno y que cuando Duterte llegó a la presidencia en junio, dejó el programa porque temía por su vida.

“Ahora, he decidido declarar porque quiero que la gente sepa lo que ocurrió y puedan ponerle un fin… Mi conciencia me estaba molestando”, puntualizó.

Antes de asumir la presidencia, Duterte fue procurador y alcalde de la ciudad de Davao, donde construyó una reputación de “mano dura” por sus métodos de lucha contra la delincuencia, principalmente contra los funcionarios involucrados en ella.

Duterte, conocido como el “Donald Trump filipino”, ha prometido acabar con los criminales en sus primeros días de gobierno, llevando a la horca a quienes cometan delitos como el tráfico de drogas, asesinato, secuestro y robo con violencia.

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