“Aunque el lenguaje es una de las bases de la comunicación para el día a día, se ha descuidado en los últimos años, tanto en las escuelas como en los periódicos y el discurso de los políticos”, dijo Antonio Flores Galicia en su charla “Importancia del idioma español en la formación de los jóvenes”, durante la tradicional Noche de Encaladillas organizada por la Facultad de Letras y Comunicación y el Museo de Artes Populares María Teresa Pomar (MUAP) de la Universidad de Colima.
De acuerdo con Flores Galicia, “el idioma ya no se tiene para lo que es su función esencial; ahora estamos llenos de manifestaciones que deforman el lenguaje, como los anglicismos o palabras que se inventan los jóvenes para referirse a cierta situación. Pero también en las escuelas se les obliga a los estudiantes a leer y con eso se cree que ya vamos a tener lectores y personas con mejor vocabulario, pero no, debemos decirles por qué leer y no sólo decirles: ‘lean este libro y hagan un reporte’”.
Comentó que frecuentemente, los estudiantes ingresan a los bachilleratos sin saber leer o escribir de manera adecuada, “y cuando uno les pide hacer un reporte de lectura van a internet, copian, pegan y lo entregan al profesor sin saber lo que leen muchas veces, pero ahora no podemos decirle nada a los alumnos, sino que debemos dejarlos libres y que hagan lo que ellos quieran, aunque sólo sea pasar por pasar”.
De ahí la importancia, dijo, de “inculcarles el gusto por la lectura, de explicarles en qué tiempo fue escrito el libro y si es posible, como hice cuando daba clases, pedirles los trabajos escritos a mano, para cerciorarnos de que han leído y que entendieron”, comentó el ex académico y autor de varios libros de poesía y ensayos.
Y aunque expresó que es en las escuelas y la familia donde se debe fomentar el lenguaje y la lectura, son también los discursos políticos, religiosos y los periódicos quienes también han descuidado el buen lenguaje. “Ahora solamente decimos lo que se nos ocurre; el idioma no les importa ni siquiera a los gobernantes o las iglesias; no sólo estamos descuidando el conocimiento, sino también el idioma”, finalizó.