La Unidad Administrativa Especial de Aeronáutica Civil de Colombia, o Aerocivil, como es conocida, dio a conocer la conclusión del informe preliminar sobre el accidente del avión perteneciente a la aerolínea LaMia, en el cual murieron 71 personas, incluyendo gran parte de los jugadores y cuerpo técnico del club brasileño Chapecoense.
En ella se destaca que varios errores humanos fueron determinantes para el accidente, principalmente viajar sin la reserva de combustible necesaria para llevar a cabo el trayecto con seguridad y la decisión de no aterrizar para recargar combustible en algún aeropuerto en el camino.
Con la información obtenida en Londres de las cajas negras y las grabaciones realizadas en la cabina del avión y en los distintos aeropuertos con los que entablaron comunicación, se destaca el hecho de que tanto el piloto como el copiloto de la aeronave sabían que no tenían el combustible suficiente para el trayecto.
Freddy Bonilla, secretario de Seguridad Aérea de Colombia y encargado de presentar el informe, dio a conocer que los pilotos habían hablado sobre la posibilidad de repostar en Leticia, en la frontera entre Brasil, Perú y Colombia, o hacerlo en Bogotá, sin embargo finalmente no realizaron ningún reposte.
Bonilla indicó que la aeronave, que fue “tanqueada en su totalidad”, estaba preparada para sobrevolar una distancia inferior a la que separa Medellín de Santa Cruz, Bolivia, de donde había despegado.
Además, la tripulación del avión se demoró en reportar la falta de combustible y la empresa no debió haber permitido el despegue de la aeronave.
La Aeronáutica Civil detectó también un exceso de equipaje de unos 500 kilogramos, aunque no lo relacionó con el accidente. Bonilla descartó que hubiera habido una falla técnica, sabotaje o comportamiento suicida por parte del piloto y atribuyó el accidente a una cadena de errores humanos.
Por último, expresó que cuando el piloto llega a pedir destino final, a seis minutos del accidente, uno de sus motores se había apagado debido a que no tenía combustible. La segunda turbina se apaga 12 segundos después, lo que tampoco se reportó, pese a que implicaba que el peligro de desplomarse era importante.
Faltando 4 minutos para el desastre, al momento en que la controladora de vuelo les pregunta si necesitarían servicios adicionales, los pilotos contestan que le informarían después, y se apaga el tercer motor. Un minuto después se apaga el cuarto motor, momento en que reportan “falla total, eléctrica total, sin combustible”.
Esto porque si se apagan todos los motores no funcionan lo servicios eléctricos ni las baterías de emergencias, lo cual permite activar algunas funciones básicas, como las luces de emergencia.
Las grabaciones de la conversación entre el piloto del avión y la controladora del aeropuerto de Medellín, donde debía aterrizar la aeronave, ya habían apuntado a la falta de combustible como la principal causa del accidente.
Los detalles del informe completo de la Aeronáutica Civil colombiana se darán a conocer en abril de 2017. Bolivia, Brasil y el Reino Unido contribuyeron en la investigación.
El gobierno boliviano ya responsabilizó a la aerolínea y a su piloto del accidente.