El presidente Donald Trump defendió hoy su prohibición de ingreso al país a inmigrantes de siete países y salió al paso de las críticas de Alemania y Reino Unido asegurando que la situación en Europa es un “desbarajuste horrible.
“El país necesita fronteras fuertes e inspecciones extremas”, escribió en su cuenta de Twitter en momentos que la implementación de su orden ejecutiva migratoria detonó protestas populares en algunos de los principales aeropuertos de Estados Unidos.
“Miren lo que está pasando por todo Europa y sin duda el mundo, un desbarajuste horrible”, señaló.
Tanto la canciller federal alemana Angela Merkel como la primera ministra británica Theresa May tuvieron expresiones de crítica a la decisión de prohibir el ingreso de inmigrantes de Irán, Irak, Libia, Somalia, Siria, Yemen y Sudán.
Trump anunció el viernes nuevas medidas para verificar los antecedentes de refugiados que buscan asilo en Estados Unidos a fin de impedir el ingreso de potenciales terroristas.
Asimismo suspendió durante 120 días la entrada de todos los refugiados, detuvo indefinidamente la llegada de aquellos procedentes de Siria y durante 90 días la de los siete países con población predominantemente musulmana.
Antes del Twitter de Trump, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció que mantendrá la prohibición de entrada al país de inmigrantes de siete países a pesar de la decisión de una jueza de bloquear la deportación de algunos a sus países de origen.
“La orden ejecutiva del presidente sigue en su lugar, los viajes prohibido seguirán prohibidos y el gobierno de Estados Unidos retiene su derecho a rebuscar las visas en cualquier momento si el retenido por seguridad nacional o seguridad pública”, señaló el DHS.
Anoche una jueza federal bloqueó parcialmente la orden ejecutiva migratoria del presidente Donald Trump y prohibió que los inmigrantes de siete países detenidos en Estados Unidos sean deportados a sus países de origen.
La jueza Ann Donnelly de la Corte Federal Distrital de Brooklyn determinó que la ejecución de las acciones ejecutivas del presidente podrían provocar “daño irreparable” en los inmigrantes, muchos de los cuales han recibido visas o estatus de refugiados.
Su dictamen tuvo lugar en medio del surgimiento de protestas espontáneas en varias de las principales terminales de Estados Unidos, incluido en Nueva York y Dallas.