- Obras son amores, y no buenas razones
De carácter fuerte y decidido, además de ser práctico para llevar a cabo cualquier acción, es como lo recordamos quienes conocimos al padre Ricardo de Jesús Vázquez Lara Centeno, fundador de la institución Obras Sociales de San Felipe, quien este día, cumple 4 años de haber partido a la casa del señor como se dice en el argot eclesiástico.
El padre Vázquez Lara, fue quien fijó los primeros cimientos, en la conciencia colectiva para la construcción de mejores condiciones de vida para las personas con discapacidad, y por medio de la acción católica, con su equipo de colaboradores, de la parroquia del Beaterio, en 1956 conformaron Obras Sociales de San Felipe de Jesús, institución que hasta la fecha continúa vigente.
Obras Sociales, es un conjunto de servicios, talleres y demás herramientas que contribuyen con la formación académica y laboral de quienes tienen alguna discapacidad.
Esta institución, fue conocida más allá de Colima, de hecho, traspasó fronteras, y de esta noble causa, de la que por cierto un servidor fue y es beneficiario, tuvieron conocimiento de su existencia en EUA y otros países.
La publicidad que promocionó la obra del sacerdote, fue esa que algunos dicen que es la mejor, la surgida en conversaciones, es decir, aquella que va de boca en boca, y es que se tienen muy pocos registros de entrevistas al fundador de Obras Sociales, ya que él, se caracterizó por su poca disposición a aparecer en espacios informativos.
El esfuerzo del clérigo, se ha visto recompensado al transcurrir los años, cuando en Colima y otros lugares, ciegos, sordomudos, personas con discapacidad motriz e intelectual, encontramos cabida en diversos espacios tales como planteles educativos, clubes, entre otros colectivos.
Hoy gracias al legado y a las enseñanzas del señor cura Ricardo Vázquez Lara, las personas con discapacidad, tienen la posibilidad de desarrollarse de mejor manera, porque al igual que Luis Braille, el padre soñó con que este sector de la población se ganara la vida de manera digna, y no viviera de la mendicidad ni caridad de personas compasivas.
Cuatro años han pasado desde que él partiera a rendirle cuentas al patrón, quien podrá constatar en su informe, la humildad que distinguió en todo momento al padre, misma que se refleja en su negativa por recibir cualquier tipo de homenaje, porque afirmaba que no era bueno saludar con sombrero ajeno, y por el contrario, era partidario de que las palabras debían siempre ir acompañadas de acciones, porque siempre nos decía:
“Obras son amores, y no buenas razones”.
- Mi óptica
En 2005, el entonces secretario de educación Carlos Flores Dueñas, a un Centro de Atención Múltiple (CAM), en el municipio de Villa de Álvarez le puso el nombre de Ricardo de Jesús Vázquez Lara Centeno, porque la educación especial en el estado de Colima, no se podría entender sin conocer el aporte de estos dos personajes.
- Por cierto
Sin duda, que hacen falta hombres como el Padre Ricardo Vázquez Lara, que actúen ante las exigencias del mundo en todos los sentidos, y estoy convencido que todos lo podemos lograr, dando lo mejor de nosotros desde nuestras trincheras, porque hoy más que palabras, lo que se necesita son acciones.