La charla fue parte del taller sobre ceniza volcánica impartido a personal de Gobierno del Estado y a visitantes de Alemania.
“En lo referente a la reciente actividad volcánica podemos esperar que cualquier día despierte el Volcán de Colima”, dijo el vulcanólogo y profesor investigador de la Facultad de Ciencias, Nick Varley, durante el taller sobre ceniza volcánica que se impartió esta semana al personal de Gobierno del Estado y a visitantes de Alemania en la Biblioteca de Ciencias de la Universidad de Colima.
La conferencia “Volcán de Colima: actividad reciente”, fue dictada por Varley en representación del investigador de la Facultad de Ciencias, Raúl Arámbula Mendoza, quien dirige el Centro Universitario de Estudios e Investigaciones de Vulcanología (CUEIV).
Mediante una serie de diapositivas, el expositor describió los eventos que ha tenido el Volcán de Colima de 1998 a febrero del 2017.
De 1998 a febrero de 2017, continuó, la actividad del Volcán de Colima hace un poco difícil entender qué ocurre en los últimos años con la presencia de crecimientos del domo y efusiones de lava. La fase eruptiva del 2013 al 2017 presentó cambios en el domo, flujos de lava por los cuatro flancos, mayor explosividad, gran aumento de niveles de gas y densidad de flujos piroclásticos.
Dijo que las actividades del 10 y 11 de julio de 2015 consistieron en erupciones con flujos de poco más de cinco kilómetros, domo con cambios importantes y ceniza que llegó hasta la comunidad de La Yerbabuena, sin que hubiese afectaciones mayores.
De febrero a septiembre de 2016, existió la preocupación porque se repitiera la actividad de 2015 debido al crecimiento del domo, a la emisión de flujos piroclásticos y la salida de mucho gas que, con la precipitación pluvial, produjo lluvia ácida. Esto lo mostró con una fotografía en la que se ve cómo el calor de los flujos marcaron una línea en los follajes alcanzados por la ola de calor.
Finalmente, se presentaron las explosiones de enero y febrero de 2017, percibidas por mucha gente debido a la nitidez de la época del año. Este evento volcánico, finalizó, tuvo registro de balísticos sin ser un riesgo para las poblaciones más cercanas.
Los datos obtenidos este año, de febrero a noviembre manifiestan una relativa calma, “no al cien por ciento, porque el volcán presentó explosiones de muy baja magnitud, eventos sísmicos y otros. Por eso podemos esperar que cualquier día despierte”, concluyó Nick Varley.