- Además, es necesario contar con una política de profesionalización docente, con énfasis en la pedagogía: Sylvia Schmelkes.
- Participó en el foro interdisciplinario Para pensar el futuro de México.
- Presentó la ponencia Problemas de la educación en México.
Para contribuir a elevar la calidad de la educación obligatoria en México es necesario establecer una política de profesionalización docente, con énfasis en la pedagogía, que considere la reforma de las instituciones formadoras de maestros, la formación continua y el acompañamiento de los docentes en las escuelas, destacó la consejera de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, Sylvia Schmelkes del Valle.
Durante su participación en el foro interdisciplinario Para pensar el futuro de México, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México, consideró que las tareas antes mencionadas deben acompañarse de políticas de equidad, de atención a la diversidad cultural y de educación intercultural para todos.
Aunado a lo anterior, afirmó que es fundamental una distribución más equitativa del gasto público, pues “no se cuenta con un presupuesto para la equidad”.
Al exponer el tema Problemas de la Educación en México, también consideró prioritario la creación de nuevas fórmulas de gobernanza que fortalezcan el federalismo y la descentralización educativas, con rendimiento de cuentas, así como el fortalecimiento de la participación social en la educación.
En el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, recordó que la falta de equidad sigue siendo un pendiente en nuestro país, pues todavía existe desigualdad en el acceso a la escuela. Un ejemplo de ello son los hijos de los jornaleros agrícolas migrantes -de tres a 17 años de edad-, de los cuales sólo asisten a las aulas entre 15 y 17 %, y que representan alrededor de 300 mil niños que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad, subrayó.
En el Sistema Educativo Nacional es una constante la inequidad con la que se brinda el servicio, la pobreza de la oferta, que se junta con la pobreza de la población, y los bajos resultados de aprendizaje de los más necesitados, apuntó Sylvia Schmelkes.
Los resultados más pobres se registran en los alumnos de las escuelas indígenas y comunitarias de las zonas más marginadas y de las familias con menos recursos, donde se está especialmente lejos de alcanzar el cumplimiento del derecho a la educación de calidad, dijo.
Finalmente, afirmó que sí es posible mejorar los aprendizajes en todo tipo de escuelas, pero que se requieren acciones afirmativas y medidas compensatorias intencionales como la atención prioritaria de los programas que buscan la equidad educativa.
En el foro también participaron Mario Rueda Beltrán, director del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE); María del Carmen Legorreta, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias (UNAM), y el asesor independiente en materia de capacitación y desarrollo rural, Eduardo Malagón Mosqueda.