Para poder responder a esta pregunta iniciaré desarrollando un concepto poderoso “Conciencia”, seguramente esta palabra no es nueva para ti y probablemente la relacionaras con la acción de estar despierto o alerta, sin embargo esta definición se queda corta ya que la conciencia conlleva el conocimiento de los atributos del espíritu humano y es un acto psicológico mediante el cual una persona se percibe así misma en el mundo. Con base en esta definición pudiéramos preguntarnos ¿Nos percibimos a nosotros mismos?, tal vez te suene absurda esta pregunta y podrías pensar…¡Claro que me percibo a mi mismo! ¿Con que pregunta salió el Vlady el día de hoy? – bueno no me refiero a que te veas en el espejo y digas me estoy percibiendo o tengo frio, seguramente me sigo sintiendo…. No es el punto al que quiero llegar… sino al acto de percibirte desde tu interior.
¿Eres consciente de los pensamientos que tienes, de las preocupaciones que hay en tu mente del estrés que generas a diario y todos los días? ¿De qué te preocupas?….Este cuarto error que nos maneja Marco Tulio Cicerón, nos lleva a realizarnos este tipo de cuestionamientos y estar consciente de ellos, ya que el ser humano invierte gran cantidad de energía en preocupaciones, de las cuales no tiene el control, que por lo general se centra en acciones que ya pasaron o que aun no suceden o en situaciones banales en las cuales no hay sentido alguno de enojarse o ponerse intranquilo, sin embargo la neurosis humana hace de estas pequeñas acciones el motivo perfecto para sacar a la superficie toda la amargura y el rencor que llevamos dentro. El ejemplo más clásico de esto que te platico es la paranoia que se genera al conducir, es impresionante ver personas que prácticamente se recuerdan a toda su familia o en algunos casos llegan hasta los golpes simplemente porque el conductor de adelante, no maneja o se mueve a la velocidad que el otro quiere o cuando no podemos hacer fila unos minutos para entrar a un restaurante sin empezar a sentir desesperación o fuscación y no se diga de la ansiedad y desgaste que genera el recordar una y otra vez una mala opinión o experiencia que ya sucedió.
En fin podemos numerar muchas pensamientos nocivos que aquejan a nuestra mente todos los días, sin embargo la idea que te quiero compartir el día de hoy es la siguiente y es muy poderosa, espero y te dé luz tanto como a mí. “Tú no eres tus pensamientos, sino testigo de ellos”, por experiencia propia te comento lo difícil que es tratar de controlar la mente y el pensamiento… en verdad muy complicado… esto según los grandes maestros en el desarrollo humano se debe a que usualmente nos concebimos a nosotros mismos de acuerdo a nuestra mente controlada por el ego, y cuando queremos someterla a nuestra voluntad interior, el resultado no es el que esperamos, para ilustrar un poco mas esto que te digo se me viene a la memoria la siguiente historia:
Un discípulo acude a visitar a su maestro y le comunica:
-Voy a retirarme tres meses al bosque a permanecer en recogimiento y búsqueda interior, reflexionando y meditando. ¿Qué tema de reflexión puedes ofrecerme?
El maestro responde:
-Piensa en todo lo que quieras, menos en monos,
Mientras el discípulo se dirige hacia el bosque, se va diciendo: ¡Que fácil me lo ha puesto el maestro! ¡Anda que no hay cosas en que pensar!
Vuelve junto al maestro tres meses después.
-¿Qué tal estás?- pregunta el preceptor
-Desesperado-responde abatido el discípulo
“No he podido hacer otra cosa que pensar en monos”
En verdad me encanta esta parábola, porque así es la mente, mientras menos queremos pensar en algo o alguien más lo hacemos, sin embargo hay una manera de empezar a trabajar nuestro pensamiento y esta es… sé testigo de lo que piensas… Cuando venga a tu mente una preocupación obsérvala desde la calma de tu interior, trata de no evocar emoción y no identificarte, simplemente observa y veras… como poco a poco ese pensamiento se va, para ya no volver o puedes decirle a ese pensamiento desde tu interior “El que sigue” tal y como lo comenta el Doctor Wayne Dyer uno mis autores favoritos en este tema.
En la medida en que trabajemos nuestra vida interior podemos cambiar la exterior, un buen comienzo es dejar de preocuparnos tanto por cosas que no tienen sentido o de las cuales no tienes el control.
Empieza a trabajar en obtener tu genuina libertad primero en tu mente, para que después puedas dar testimonio de lo maravilloso que es vivir libre de pensamientos nocivos que nos quitan la frescura de vivir en el aquí y en el ahora.
Con afecto y cariño
Servir para Trascender
Miguel Vladimir Rodríguez Aguirre
Con información de: https://infinitologos.blogspot.mx/2018/04/libre-o-esclavo-de-tus-pensamientos.html?m=1