*“Esto se traduce en interpretaciones de textos más fieles y aportamos la comprensión de textos literarios para comprender la literatura mexicana y universal”: Lilia Leticia Peña.
A través de la neorretórica (retórica renovada), la investigadora de la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima, Lilia Leticia García Peña, analiza junto a sus estudiantes los textos de escritores como José Emilio Pacheco y Octavio Paz.
Así, durante su ponencia “La neorretórica en los estudios literarios”, como parte de las XI Jornadas de Difusión del Cuerpo Académico 67, la investigadora explicó cómo es que desde su facultad llegan a esta técnica de análisis, para reincorporarla nuevamente al análisis de textos.
La académica explicó que cuando surgió la retórica, “se utilizaba para expresarse de la mejor manera posible, pero nos ayuda a reflexionar sobre el lenguaje, no sólo con el fin de comunicar, sino de deleitar, de persuadir; es decir hay un fin, más allá de transmitir una información”.
Sin embargo, con la llegada del Romanticismo, esta disciplina entra en decadencia y se fue perdiendo su uso en las distintas áreas del conocimiento.
En el caso de la literatura, a partir de los años 70 “se dio un auge de interpretar el arte en función de lo social, lo político y cultural y en ese sentido nos empezaron a formar a todos en qué tiene que ver el arte con la cultura, con la dictadura, con el género, con las masculinidades; eso está muy bien, pero comenzamos a hacer análisis como si fuéramos sociólogos, antropólogos, y fuimos perdiendo lo literario”.
De ahí la importancia, dijo, del auge de la neorretórica o la renovación de la retórica que se está dando en España y la UNAM, en la que se propone analizar los textos a partir de esta perspectiva, que recoge lo que desarrollaron los griegos y nuevas propuestas para el análisis de textos.
Citó a Helena Beristáin, autora del conocido “Diccionario de retórica y poética”, quien define la retórica como “una teoría del discurso que atiende a la realización discursiva en la emotividad generada por la satisfacción estética, la belleza y la autoridad moral del emisor y la fuerza patética de la emoción trágica”.
Partiendo de esa definición, dijo, “lo que hacemos es trabajar con esta noción desde la poética, donde los estudiantes, por ejemplo, trabajan a Octavio Paz y nos puedan decir ‘este poema habla de tal cosa’, para también decirnos o explicarnos cómo lo dice, cómo es la lengua, cómo es el lenguaje frente a otros poetas; esto se traduce en interpretaciones de textos más fieles y aportamos la comprensión de textos literarios para comprender la literatura mexicana y universal”.
De esta manera, concluyó, “no se olvida el contexto social en el momento en que se escribe, sino que además regresamos a lo que hace a la literatura, literatura, nos vamos más hacia el lado de sentimientos”.
