El ser humano alcanza la plenitud si desarrolla su sensibilidad: Filósofa

*Walkiria Torres dictó conferencia en la UdeC sobre conceptos filosóficos de la cultura náhuatl.

La investigadora de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, Walkiria Torres Soto dictó la conferencia “Consideraciones filosóficas sobre el corazón en el pensamiento Náhuatl”, como parte de la Jornada de Investigación de Estudiantes de Filosofía que se realizó en días pasados en la Escuela de Filosofía de la Universidad de Colima y en la cual participaron alumnos del estado y de Aguascalientes.

Para dar inicio con su disertación, la académica aseguró que la filosofía náhuatl es una cultura que todavía puede interpelar a los individuos de nuestra sociedad moderna y, en lo particular, ella se ha centrado en estudiar el concepto del corazón desde tres aspectos: como un elemento que explica la vida misma a través de los latidos, desde la teoría náhuatl de la persona y desde la adquisición del conocimiento.

Además, añadió, “aterrizo estos conceptos con la idea del buen vivir como un proceso de desarrollo individual, pero siempre entendido como un individuo que se desarrolla y se conecta con otros seres y con un entorno holístico”.

En cuanto al primer aspecto, Torres Soto dijo que para los nahuas, el corazón es un concepto ligado a la vida del ser humano y a los ciclos de la naturaleza, pues éstos implican un constante movimiento. En este sentido, expuso que el experto Patrick Johansson hace una analogía entre el corazón y el proceso de la vida a través del movimiento de diástole (cuando el corazón se comprime) y sístole (cuando se expande) e interpreta al primero como tiempo de sequía o de muerte y el segundo como la época de lluvia, donde hay un florecimiento y un resurgir de la vida.

El segundo punto en la cosmovisión náhuatl del corazón, añadió, “es el concepto de persona como un ‘in ixtli in yolotl’, donde ‘in ixtli’ es el rostro, un rasgo que nos hace diferentes a los seres humanos, y ‘yolotl’, que significa corazón, representa el movimiento y nuestra fuerza vital. El rostro es una cuestión física y los rasgos sociales que yo he adjuntado dentro de mi ser para presentarme frente a otros seres humanos, mientras que el corazón es mi ser interior, un conocimiento que me ayuda a entender cuáles son mis motivaciones, pasiones e inquietudes”.

En la visión náhuatl, dijo, existe el concepto de rostros bien definidos y corazones que laten con fuerza, pero también de caras borrosas y corazones que se han perdido: “Un rostro bien definido es un individuo que asume su existencia y se compromete socialmente con los demás; un corazón que late con fuerza se refiere a una persona apasionada y motivada, cuyo dinamismo le lleva a realizar cosas”, precisó.

Como contraparte, la expositora explicó que las caras borrosas son personas que no se atreven a posicionarse en el mundo y que pueden pasar intrascendentemente por la vida, mientras que los corazones que se han perdido son aquellos que no encuentran motivación ni sentido a su existencia.

“Esta doctrina náhuatl pertenece a tiempos prehispánicos y hace eco en las sociedades actuales, en el sentido de plantearnos que los individuos tenemos que desarrollar un rostro social, pero también un conocimiento de la voluntad interior. Si no se dan estos dos elementos, tampoco podremos desarrollarnos como seres humanos plenos”, enfatizó.

En cuanto al tercer punto, relacionado con la adquisición de conocimiento, Walkiria Torres señaló que para la cultura náhuatl un concepto no puede ser entendido en su totalidad si no ha pasado por la emoción y la sensibilidad: “Yo conozco algo porque tengo razones, pero también porque está atravesado por una sensibilidad alrededor de este conocimiento; hay una especie de aprehensión sensible. La razón y la emoción tienen que conciliarse para generar el conocimiento”, afirmó.

La investigadora señaló que, de acuerdo con el pensamiento náhuatl, para que el ser humano se desarrolle plenamente necesita su sensibilidad: “Para los nahuas el pensamiento está atravesado por nuestra emoción, pero también por nuestra corporalidad. Esto nos lleva a una conciliación entre el interior que somos cada uno de nosotros como sujetos con la exterioridad, que nos permite estar en comunión ética, cognitiva y estéticamente”, dijo.

Por último, afirmó lo siguiente: “Para que los seres humanos se desarrollen plenamente requieren, de acuerdo al pensamiento náhuatl, desarrollar la sensibilidad. Si no tienen suficiente sensibilidad, no conocen el mundo ni a sí mismos”.

Al final del evento, la investigadora Walkiria Torres recibió un reconocimiento por su participación de manos de Aimé Tapia González, directora de la Escuela de Filosofía. Esta jornada académica fue realizada gracias a la conjunción de esfuerzos entre los planteles de Filosofía de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y la Universidad de Colima.

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