La diputada federal Claudia Yáñez Centeno consideró que son insuficientes los recursos que ejerce este año la CONAGUA en Colima para restaurar las afectaciones provocadas en Manzanillo y otros municipios por el reciente paso de la Tormenta Tropical Hernán, y realizar de manera preventiva obras de infraestructura necesarias para el reforzamiento de cauces de ríos, arroyos y drenes, que eviten desbordamientos e inundaciones en próximas temporadas de lluvias, que recurrentemente afectan a la ciudadanía.
Al precisar que a la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), se le autorizaron por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020, recursos por 22 mil 985 millones de pesos para todo el país, con casi 6 mil millones etiquetados para obra pública, y de ese monto sólo se destinan 8 millones 340 mil pesos a la Dirección local Colima para ese rubro, la legisladora propuso que se gestionen transferencias al estado antes de que se apliquen las reducciones anunciadas para 2021.
Durante su participación en la reunión virtual de trabajo de la Comisión de Recursos Hidráulicos, Agua Potable y Saneamiento de la Cámara de Diputados, que preside el diputado Feliciano Flores Anguiano, la diputada Claudia Yáñez propuso que se exhorte a la Conagua, para que en su anteproyecto de Presupuesto de Egresos ya próximo a presentarse, incluya recursos suficientes para su programa de obra pública en el estado de Colima para 2021.
Recordó la legisladora de Morena que ahora en agosto, la reciente Tormenta Tropical Hernán, a su paso por el estado de Colima, con alta carga de precipitaciones pluviales, evidenció el deterioro en que se encuentra la red hidrosanitaria en varios municipios, como en la ciudad Capital y Villa de Álvarez, pero sobre todo en la zona costera, que provocó desbordamientos e inundaciones en avenidas y calles de Manzanillo, además de carreteras afectadas en varios municipios.
Señaló que es tremendo que se hayan registrado decenas de viviendas inundadas con aguas negras en colonias de Manzanillo y Tecomán, con familias damnificadas que tuvieron que ser desalojadas y trasladadas a sitios seguros, además de que resultaron averiados y golpeados varios vehículos, y lo que es grave, la descarga de aguas negras en la bahía, que contaminan los ecosistemas marinos.
Lamentablemente –dijo-, en temporada de lluvias y de huracanes, cada año tiene que vivir lo mismo la población; afectaciones que dañan su patrimonio y ponen en riesgo su salud. Lo vivimos con el huracán Jova en 2011, que dejó muertos y damnificados, y parece una maldición. La historia se repite. Igual que en 2011, también hace un año, en septiembre de 2019, se desbordó el río Marabasco, que divide los estados de Jalisco y Colima. 2020 no fue la excepción y volvió a desbordarse, con una cauda de afectaciones en zonas urbanas, suburbanas y rurales.
“Somos parte del Gobierno del Cambio en la Cuarta Transformación, y en materia de agua y saneamiento parece que no se está transformando nada, por lo menos en Colima –continuó-. Sabemos que los recursos están escasos y las dependencias sufren los recortes presupuestales, pero eso no tiene que ser la justificación para la inacción”.
Y es que aparte de la responsabilidad directa de CONAGUA, cuya directora general Blanca Elena Jiménez Cisneros tiene excelente disposición para apoyar a Colima, inciden otras dependencias federales, estatales y municipales, que durante los meses de estiaje deberían estar trabajando y preparando la infraestructura para la temporada de lluvias, expresó.
Mencionó enseguida que, en reciente reunión del Consejo Técnico de Conagua, se estableció que esa dependencia “atenderá los impactos por inundaciones y sequías”.
Apuntó, en ese sentido, que -“nosotros creemos que no basta con esperar los impactos por inundaciones que genera la naturaleza para atenderlos, sino que hay que prevenir y preservar la integralidad del ciclo del agua a fin de garantizar los servicios hidrológicos que brindan cuencas y acuíferos. Sobre todo si existen Atlas de Riesgos bien documentados, por región y por estado”.
Claramente –añadió-, están definidas en el Atlas de Riesgos de Colima las zonas inseguras por inundación en la zona urbana de Colima y Villa de Álvarez; el mapa de peligro por inundación en la zona urbana de Manzanillo, incluyendo el peligro de avenida súbita, como acaba de ocurrir; y las áreas de mayor vulnerabilidad de riesgos y peligros, particularmente en Tecomán, Armería y Manzanillo. Todo está ahí, sólo hay que consultarlo y atenderlo.
“Vemos que es desproporcionada la asignación a Colima de sólo 8 millones de pesos, dentro de los 22 mil 985 millones de pesos con que cuenta la CONAGUA este año para todo el país. Casi lo mismo que a entidades de reducida superficie territorial en el centro del país, pero son estados muy diferentes en sus condiciones climáticas, hidrológicas y geográficas. En este caso pudiera tratarse de falta de una adecuada planeación presupuestal, subrayó la legisladora colimense.
Finalizó diciendo que “en recorridos que efectuamos, vimos que en las zonas urbanas y suburbanas no hay suficientes colectores de agua, falta inspección y vigilancia en la operación de las plantas tratadoras de agua, cuyos trabajadores propician problemas de salud pública al aplicar criterios insalubres; es notable la falta de limpieza de canales y rehabilitación de drenes. En áreas rurales, como en el Rio Marabasco, no hay desazolve; Faltan gaviones para el encauzamiento o desviación de los cauces de los ríos; se hacen bordos de tierra para protección marginal, cuando deben ser de concreto, y por eso, cada año se vive lo mismo”, concluyó.