Dignidad, concepto necesario en el Derecho actual: Manuel Atienza

 

 

*El reconocido académico de la Universidad de Alicante, España, dictó la Lectio Brevis que inaugura el ciclo escolar de la Facultad de Derecho de la UdeC.

 

En días pasados, la Facultad de Derecho de la Universidad de Colima inició el semestre con la tradicional Lectio Brevis, que en esta ocasión impartió el académico de la Universidad de Alicante, España, Manuel Atienza Rodríguez y llevó por título “Sobre la dignidad humana”.

 

Antes de tomar la palabra y en representación del rector José Eduardo Hernández Nava, Susana Aurelia Preciado Jiménez, directora de Educación Superior, dio la bienvenida al destacado ponente; “escuchar un universitario con tan importante producción científico-jurídica, reconocido internacionalmente como exponente de la Filosofía del Derecho, es una gran oportunidad para los estudiantes y profesores del área”.

 

Durante su amplia y profunda disertación, Manuel Atienza ubicó el origen histórico del término dignidad en la obra de Cicerón, como una cualidad en el sentido de estatus civil o religioso, una posición que poseen unos, mas no todos. El concepto también se relaciona con el Cristianismo y la religión católica en cuanto a la noción del ser humano como creado a imagen y semejanza de Dios, “esto es, en condiciones de igualdad, al menos en el plano abstracto, pues en la práctica permitió la esclavitud y la encomienda”.

 

Enunció que en la época moderna, el concepto de dignidad adquirió otro sentido a través de la obra de Pico della Mirandola y de Immanuel Kant, ya como un predicado aplicable a todo ser humano. Hoy en día, dijo el expositor, hay por lo menos dos conceptos en uso: el religioso y el laico y racionalista.

 

El religioso, dijo, tiene cinco puntos, basándose en la obra de Benedicto XVI: 1) se posee antes del nacimiento; 2) es una propiedad que no admite graduación, se tiene o no se tiene; 3) tiene un sentido religioso: el ser humano como creado a imagen y semejanza de Dios; 4) es un valor absoluto y superior a la autonomía; y 5) tiene una valor universal, tanto para creyentes como para no creyentes.

 

En el concepto laico, manejado por Kant, la moral se formula en lo que él llama el imperativo categórico, el cual postula que “los seres racionales, a diferencia de las cosas o de los irracionales, poseen dignidad porque no pueden ser tratados como instrumentos intercambiables, sino como iguales. El ser racional lo hace digno, lo hace fin en sí mismo y no un medio solamente, aunque a veces asuma este segundo rol sin ser privado del primero, que es lo esencial”.

 

Para Kant, agregó el expositor español, “son leyes morales aquéllas que cualquiera podría aceptar como propias, aunque no haya sido su autor: La dignidad es un componente básico de lo que él llama la Ley Moral; las tres ideas del imperativo (igualdad, dignidad y libertad) son formulaciones distintas de esta misma ley, y uno puede acercarse a ésta desde cualquiera de estas tres perspectivas. Si es así, las contraposiciones entre dignidad y autonomía o entre igualdad y dignidad son falsas, pues han de verse como unidad”.

 

Una tercera concepción, dijo, es la del filósofo del Derecho Jeremy Waldron, quien postula que la dignidad no es un concepto de valor sino de estatus; “desde la Modernidad, es como si todos fuéramos nobles, y si hay que castigar a una persona porque ha cometido un delito, hay que hacerlo como si fuese un noble descarriado”, citó el conferencista. Esta postura mantiene a la dignidad como un rango que se atribuye a todos los seres humanos en tanto que racionales. No obstante, Manuel Atienza dijo no estar convencido de esta idea, pues “un valor no tiene por qué oponerse a un rango o posición, sino al contrario; todos quienes tienen dignidad ocupan el rango o estatus que les otorga tal valor y les permite acceder a los derechos”.

 

Dijo que el Derecho no contempla el tema de la dignidad “porque somos deudores de la concepción positivista de Hans Kelsen, según la cual el Derecho es un conjunto de normas coactivas: responsabilidad, deber”. En este sentido, añadió, “en el sistema jurídico que propone esta tradición, la vida tiene un valor debido a que hay un sistema de normas que la protegen, regulan el homicidio y castigan al homicida con determinada pena, pero dicho valor se subordina al sistema, y los valores morales, para Kelsen, tienen un carácter subjetivo. De esta tradición venimos, por lo que el concepto de dignidad ha tenido un tratamiento jurídico escaso”.

 

Manuel Atienza considera la dignidad como el concepto más básico del Derecho si se parte de los derechos del Estado Constitucional. En relación con el Derecho, siguió, “esto es sorprendente, porque si uno abre cualquier constitución, declaraciones de derechos en el ámbito internacional o declaraciones acerca de Bioética, el número de referencias a la dignidad humana es enorme y el papel que se le hace jugar es fundamental. En el caso de la Constitución española, la dignidad humana es el fundamento de todos los derechos”.

 

Comentó que la dignidad, en consecuencia, se incluye en las más álgidas polémicas y discusiones en los campos actuales de la Ética y del Derecho, como ocurre en los casos del aborto, la eutanasia, clonación y la tortura. De las polémicas anteriores, dijo, “se deriva una contraposición entre autonomía y dignidad; esto es, que los deseos de una persona no pueden prevalecer sobre esta última”; la dignidad, continuó, “es un concepto jurídico fundamental que ha quedado completamente marginado en nuestra tradición. Hace falta su análisis adecuado en términos conceptuales y lo necesitamos para resolver problemas. Es un concepto suficientemente elaborado y polémico, no es nada fácil de precisar”.

 

Manuel Atienza señaló que el surgimiento de los Derechos Humanos se empareja con el concepto de dignidad; “tienen mucho que ver con la secularización del mundo y la división entre Iglesia y Estado, con el mundo secular y el mundo religioso, así como con la concepción que hoy tenemos del Derecho”.

 

Para concluir, manifestó que la dignidad se vincula, de igual modo, con el principio de responsabilidad; “no es algo que sólo nos atribuimos a nosotros: somos individuos dignos; no obstante, también significa una responsabilidad hacia los demás, de contribuir al desarrollo de todos”, finalizó.

 

Por último, José Chávez de los Ríos, secretario de la Asociación Nacional de Facultades, Escuelas de Derecho, Departamentos de Derecho e Institutos de Investigación Jurídica (ANFADE A.C), dijo que la disertación anterior “realza el 80 aniversario de la UdeC. La UdeC nos pone la muestra a todas la universidades del país que trabajan arduamente en el Derecho, de que en la enseñanza estamos comprometidos a tener estas magníficas oportunidades”, concluyó.

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