*El Consejo Nacional Ciencia y Tecnología otorgó 3 millones 149 mil 934 pesos a este proyecto, que realizarán la UdeC y las universidades autónomas de Aguascalientes e Hidalgo.
Un grupo de científicas y científicos del Centro Universitario de Investigaciones Biomédicas (CUIB) y del Laboratorio de Agrobiotecnología de la Universidad de Colima, así como de las universidades autónomas de Aguascalientes e Hidalgo, busca comprender el papel que juega la inflamación intestinal durante el desarrollo de obesidad y diabetes tipo 2, para proponer una estrategia terapéutica que permita tratar estos padecimientos.
Su proyecto “Contribución de la señalización purinérgica en la inflamación intestinal asociada a la obesidad: resistencia a la insulina y diabetes tipo 2 y su posible implicación terapéutica”, contará para su realización con un apoyo del Consejo Nacional Ciencia y Tecnología (Conacyt) por 3 millones 149 mil 934 pesos.
Con este apoyo, el grupo de investigación estudiará un mecanismo de comunicación celular en el que participan unas moléculas llamadas purinas, como el Adenosín Trifosfato (ATP), que funcionan como mensajeros extracelulares. A este tipo de comunicación celular se le conoce como “señalización purinérgica” y ocurre en diferentes órganos del cuerpo, entre ellos el intestino.
Andrómeda Liñán Rico, profesora investigadora del CUIB, explicó en entrevista que “la pared interna del intestino está recubierta por una barrera de células epiteliales que impiden el ingreso de agentes nocivos, que a su vez interaccionan estrechamente con la microbiota intestinal y en conjunto mantienen la integridad de este órgano. Cuando se consume una dieta alta en grasas (inductora de obesidad), la composición de la microbiota se altera y se pierde la integridad de esta barrera, ocasionando una serie de eventos que finalmente culminan en una respuesta inflamatoria (moderada o de bajo grado), que inicia a nivel local en el intestino y posteriormente se distribuye hacia otros órganos”.
Es precisamente esta inflamación intestinal la que el grupo de investigación busca profundizar, para entender de qué manera contribuye la señalización purinérgica en el inicio y en la progresión del estado inflamatorio asociado a la obesidad y diabetes.
El intestino, agregó, “es un órgano particularmente interesante debido a que es el primer órgano que entra en contacto con los componentes de la dieta que ingerimos; si esta dieta es alta en grasas va a alterar la función de distintas células residentes en el intestino y a desencadenar una respuesta inflamatoria. Nosotros proponemos que, durante este proceso inflamatorio intestinal, la señalización purinérgica es un componente clave que regula la respuesta inflamatoria, la cual posteriormente se propaga mediante el torrente sanguíneo hacia los demás órganos causando alteraciones en sus funciones”.
“Cuando la inflamación ya se observa en todo el organismo, se le conoce como inflamación sistémica, porque ya se expandió hacia todos lados. Cuando esto sucede empezamos a ver problemas por ejemplo con el hígado, o algunas alteraciones particulares en distintos órganos características de una persona obesa y/o diabética. Por eso nosotros queremos enfocarnos en el intestino, ya que dependiendo de los resultados, podríamos desarrollar más adelante una estrategia para tratar de bloquear ciertos tipos de receptores que están respondiendo a las purinas y que contribuyen a crear un ambiente inflamatorio en el intestino. Con esto buscamos reducir la inflamación intestinal e impedir que se propague a los otros órganos. Ésa sería la meta final del trabajo”, explicó.
Para ello, comentó, trabajarán con modelos murinos [cepas especiales de ratones] de obesidad y diabetes, esto con el fin de realizar un análisis profundo para comprender cómo está influyendo la señalización purinérgica en la inflamación intestinal y en la progresión de estas dos enfermedades. Desde la Universidad de Colima, añadió Andrómeda Liñán, se trabajará con Yair Cárdenas del Tecnoparque Colima (Laboratorio de Agrobiotecnología), “en un estudio que nos permitirá identificar grupos de bacterias que potencialmente contribuyan a crear un microambiente rico en purinas y que promuevan la respuesta inmune intestinal”.
Finalmente, dijo la científica, “el hecho de que el Conacyt nos otorgue recursos para realizar nuestro proyecto es una gran satisfacción, primero porque nos permite desarrollar investigación científica, involucrar alumnos de posgrado y de licenciatura que puedan irse entrenando en el área biomédica, que aprendan nuevas técnicas y se vayan formando como investigadores, que tengan la oportunidad de realizar intercambios académicos y también porque nos da la oportunidad de establecer nuevas colaboraciones con otras instituciones nacionales para fortalecer las investigaciones que realizamos en la Universidad de Colima”.