El Guerrero

Uno de los arquetipos más utilizados para ejemplificar el camino hacia el desarrollo espiritual, personal y de éxito es sin duda “el Guerrero” o “la Guerrera”. Muchos nos hemos identificado con esta figura por medio de historias, relatos, libros, películas, etc. Lo visualizamos como un ser de altos principios, con una gran lealtad, disciplina, honestidad, justicia, filantropía; dotado de gran valentía, coraje y arrojo, cuyo propósito de lucha siempre es por un bien superior, y que tendrá que enfrentar numerosas batallas en donde se pondrá a prueba lo mejor de su fortaleza, inteligencia, perseverancia, constancia, trabajo, poder de adaptación, etc.

Es por esto, que el arquetipo del Guerrero o la Guerrera, es muy parecido al camino del desarrollo personal.  En ambos se enfrentan duras batallas, en ambos se necesita un poderoso motivo de lucha que pueda ser la motivación para superar el sinnúmero de resistencias que aparecerán, en ambos se necesita un maestro o un guía, y finalmente en ambos, necesitas entrenarte y empezar a recorrer el sendero de la superación personal.

Tal vez la primera gran batalla que librará “el Guerrero” es consigo mismo, su propio miedo, que se produce al emprender su lucha. Será su primer adversario. En él se sintetizan todas sus inseguridades, debilidades, fracasos, y angustias. Su pensamiento se revela ante él buscando sabotearlo: – ¡No sigas!, ¿A quien le importa?, ¿Qué lograrás? ¡Nadie agradece!, ¡Solo te buscan cuando hay problemas!, ¡A nadie le interesas!, ¿Por qué te importan ellos?, ¡No lo lograrás!, ¡Te derrotarán! – por poner algunos ejemplos.

Sin embargo, el Guerrero busca conectarse con su esencia, respira hondo recordando las enseñanzas de sus maestros, enfoca el motivo de su lucha, para finalmente someter a su miedo y convertirlo en un poderoso aliado, que lo mantiene alerta, pero no lo paraliza; que le avisa de peligros sin volverlo agresivo. Aprende que el miedo sin control, es el germen de la derrota, y que el miedo sometido, le dota del sentido de estar alerta, atento para nunca bajar la guardia.

La conquista interior del Guerrero es sin duda una dura batalla, al salir victorioso, su mente se expande al mundo inmediato que lo rodea, busca llevar Luz donde hay oscuridad, alivio donde reina el dolor, paz donde hay guerra y conocimiento donde hay ignorancia.  Sin embargo, por un momento se desmotiva, la gente a la que busca ayudar, de pronto lo señalan, lo critican, lo atacan, hablan a sus espaldas, se empiezan a reír de su lucha, le dicen loco, romántico, y quijote, pero el Guerrero comprende que esas voces escupen el veneno que busca vencer, reflejan la necesidad de su lucha, la urgencia de mostrar al mundo, el bien superior por el cual combate.

Ante su determinación, visión, constancia, servicio y desinterés personal, el universo se rinde ante el Guerrero en un momento casi mágico, los astros se alinean, todas las circunstancias empiezan a favorecerle para lograr ese objetivo puesto en luz en su mente. Sus adversarios comprenden que el Guerrero ya no es solo una persona, se ha convertido en la encarnación de las grandes virtudes humanas cargado de esperanza, luz y pasión. La realidad se dobla ante semejante alineación energética, y finalmente, el Guerrero emerge victorioso antes sus adversarios, sin embargo, él no sabe que la madre de todas las batallas está por alcanzarlo.

El Guerrero ha ganado la batalla a sus adversarios, saborea la mieles de la victoria, los halagos, riquezas y placeres empiezan a inundar su vida, sin saberlo, la primera gran tentación del Guerrero toma forma y vida. Pronto, aquello que alguna vez le dio el coraje para soportar las dificultades, empieza a reclamar como propia la victoria y la conquista; la sencillez, que en el pasado le dio humildad para aprender, hoy se ostenta como el dueño absoluto de la verdad, los motivos de su lucha se ven reducidos a cenizas, ante los cánticos de su victoria , “Cuando el Guerrero se enamora de su Lucha y de su Fama, pierde entonces  los motivos de su batalla”. Los espejismos del Poder se convierten en grilletes que le impiden verse genuinamente, el  gran enfrentamiento no puede esperar más,  el Espíritu dotado de virtud  enfrentará al Ego embriagado  de poder y posesión, pero  esta vez, el  campo de batalla será la mente del Guerrero…

No te pierdas la continuación  la próxima semana.

Con afecto y cariño
SERVIR PARA TRASCENDER
Miguel Vladimir Rodriguez Aguirre

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