Científicos ven amenazante propagación de Covid-19 en animales silvestres

Un grupo de biólogos evolutivos expuso la gran amenaza que implicaría que el SARS-CoV-2 continúe propagándose entre animales silvestres, como fue el caso de los visones, ya que a diferencia de las especies domesticadas y las que viven en granjas o zoológicos, el control de los contagios en este grupo es mucho más complicado, y de continuar la transmisión el virus podría albergarse en ellos, aún cuando el Covid-19 haya llegado a su fin, y resurgir en variantes más letales años después.

A casi un año que la pandemia por Covid-19 cambiará el curso cotidiano de las sociedades, se dio a conocer la noticia que los visones, un mamífero carnívoro de la familia de los mustélidos, estaba infectado con el nuevo coronavirus, presentando una mutación de la enfermedad. Fue así que autoridades de distintas regiones, como España y Dinamarca sacrificaron a millones de ellos con objeto de frenar la propagación del patógeno en la fauna salvaje.

Desde ese momento, los científicos monitorearon la presencia del SARS-CoV-2 en animales de compañía, ganados, zoológicos y la vida silvestre para conocer donde estaría albergándose, ya que hacer un rastreo de su ubicación es esencial pues el virus “podría acechar en varias especies, posiblemente mutar y luego resurgir en humanos incluso después de que la pandemia haya remitido”.

Expertos han estudiado el contagio en la vida silvestre con la ayuda de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), pues el organismo informó al grupo de científicos cada que detectaban un caso positivo de Covid-19 en la fauna. Posteriormente, los especialistas analizaron las células de animales provenientes de hogares, zoológicos, refugios, clínicas veterinarias, granjas y sus alrededores mediante modelos computacionales.

Todo esto para identificar las especies más vulnerables a la infección por SARS-CoV-2, pues los estudiosos temen que de contenerse en estos, “dentro de años, cuando se haya suprimido la propagación comunitaria, un reservorio del virus en animales que deambulan libremente podría convertirse en una fuente recalcitrante de nuevos brotes”. Hasta el momento se ha confirmado que los visones contagiados con Covid-19 fueron capaces de transmitir la enfermedad a los humanos.

Cerdos y murciélagos, ¿especies vulnerables?
El estudio, publicado en “Nature”, observó a especies catalogadas como “los sospechosos principales”, entre ellos se ubicaron los cerdos y los murciélagos, por lo que los virólogos se dieron a la tarea de infectar artificialmente a ambas poblaciones. Sin embargo, se sorprendieron al percatarse que en ninguno de los dos casos el SARS-CoV-2 se replicó de manera efectiva.

“Estos estudios sugieren que los cerdos son en gran parte resistentes a la infección por el virus”, expuso Peter Daszak, presidente de la organización de investigación “Ecohealth Alliance” en Nueva York, y agregó que, “con el volumen de producción porcina a nivel mundial, eso habría sido un gran problema”.

En lo concerniente a los murciélagos, denominados dentro de esta investigación como “huéspedes pobres”, Kaitlin Sawatzki, viróloga de la Universidad de Tufts en Boston explicó que es bien “sabido que los murciélagos y los humanos no suelen estar en contacto cercano, es muy poco probable que las personas transmitan el virus a colonias que no han estado expuestas”.

Piden cautela
En este contexto, el grupo de especialistas sugirió que las infecciones en animales, hasta ahora rastreadas, son raras, por lo que algunos investigadores se sienten tranquilos con los datos recopilados, no obstante otros se mantiene en una postura más cautelosa, ya que las oportunidades que el virus salte de personas a animales podrían pasar desapercibidos.

Sarah Hamer, epidemióloga y veterinaria de la Universidad Texas A&M en College Station opinó que los estudios sobre la vida silvestre y las infecciones faunaticas no han sido una prioridad para gran parte de la comunidad investigadora. “El visón salvaje que dio positivo en Utah podría ser solo la punta del iceberg”.

La mayor inquietud de los investigadores estriba en el impacto en especies silvestres, pues están menos preocupados por los brotes virales en animales domésticos y de granja porque tales erupciones pueden mantenerse bajo control mediante la cuarentena, la vacunación y el sacrificio. Sin embargo, si el virus se propaga en la fauna salvaje, será mucho más difícil de controlar. “Entonces no hay esperanza de erradicación”, puntualizó Gryseels.

CON INFORMACIÓN DE EL UNIVERSAL

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