Recuerda UdeC al artista Vicente Rojo con un conversatorio

 

 

*Participaron la curadora Tita Ochoa, el maestro escultor Mario Rendón y el arquitecto y artista visual Alfonso Cabrera.

 

Como una forma de rendir homenaje al maestro Vicente rojo, fallecido hace unos días a la edad de 89 años, la Universidad de Colima organizó un conversatorio en el que participaron Tita Ochoa Rivera, curadora de la Dirección General de Patrimonio Cultural; Mario Rendón y Lozano, coordinador del Departamento de Artes Visuales del IUBA y Alfonso Cabrera Macedo, arquitecto y profesor investigador de tiempo completo de la Facultad de Arquitectura y Diseño.

 

En su participación, Tita Ochoa dijo que Vicente Rojo “fue un artista multifacético y prolífico, que deja un amplio legado como diseñador gráfico, editor de libros, artista visual, escultor e incluso como agente cultural, ya que formó parte de proyectos culturales y artísticos que detonaron gran parte de la producción del arte moderno en México a partir de la segunda mitad del siglo veinte”.

 

Vicente Rojo, agregó, permaneció activo hasta sus últimos días, ya que hace unas semanas se inauguró un mural suyo en el Museo Kaluz de la Ciudad de México. En Colima hay una obra escultórica suya, “Volcán apagado”, ubicada en la esquina de las avenidas Ignacio Sandoval y San Fernando. También expuso una serie de esculturas en la Pinacoteca Universitaria. Un rasgo importante de Vicente Rojo, comentó Tita Ochoa, es que no firmaba su obra pública porque decía que una vez en el ámbito urbano, su obra pasaba a formar parte de la comunidad, “que el éxito de una obra pública dependía de que la gente se apropiara de ella y de que llegara a ser anónima”.

 

Vicente Rojo, dijo Tita Ochoa para concluir, además de talento “tuvo una gran libertad al momento de estar creando, por eso incursionó en distintas facetas. Él decía que esto era parte de su origen español, porque a él le tocó la época de la España franquista. Llegó a México durante el exilio en busca de la libertad. Destacó también, como característica de este gran artista, la tensión entre el diseñador y el artista visual, “entre lo utilitario y lo estético y entre los social y lo personal o íntimo”.

 

Para Mario Rendón, se trató de “un artista talentoso, con una enorme disciplina, pero también dotado de buena suerte. Visualizo la suerte en su contacto con el maestro Miguel Prieto, con el maestro Souza, que le permiten allegarse a ese mundo cultural, de gran nivel, que tenía México por los años cincuenta. Venido de Barcelona, se une con artistas españoles que lo ligan, que lo entrelazan a esa feliz coincidencia de estar en buenos lugares, con buenas personas y además con un talento enorme”.

 

De acuerdo con él, la escultura de Rojo ubicada en Colima aún pasa desapercibida para la mayoría de colimenses, y que incluso los especialistas desconocen que hay una obra pública de Vicente Rojo en la ciudad. De “Volcán apagado” destacó la pátina que tiene, especial, a base de ceras, que le dan ese color que tiene, entre café y terroso; “creo que es de las piezas que se van ganando su lugar poco a poco, y que es una representación tridimensional de esa serie tan interesante que realizó el maestro sobre volcanes”.

 

Vicente Rojo, dijo por último el maestro Rendón, “fue un artista con una larga trayectoria de excelencia en su producción. Su obra como diseñador es vasta, importante; estuvo involucrado en la producción editorial con cientos de diseños. Incursionó en pintura también, con la que depuró sus conceptos visuales a partir de la geometría”; pero la geometría no lo absorbió, dijo, ya que después saltó a la tercera dimensión y mostró una gran sensibilidad en el manejo de los colores. Faltaría, concluyó, conocer más y difundir la obra de Vicente Rojo.

 

Alfonso Cabrera, recordó que Vicente Rojo ilustró el libro de Matemáticas de tercer año de primaria, con lo que parte de su obra llegó a todo el país. En la UdeC, dijo, hay tres piezas de él, hablando de gráfica, dos de ellas de la serie “Volcanes y códices” y una más de la serie “Lluvia sobre México”. A mediados de los 90, además, la Universidad montó una exposición del maestro Rojo llamada “Estelas”, piezas en bronce de tamaño mediano, “de una excelente composición geométrica”.

 

Vicente Rojo, dijo por último, “componía a través de estructuras, retículas y después anomalías. Esa rigidez la rompía con la libertad que imprimía en cada uno de los espacios que generaba en sus mismas cuadrículas. Esos triángulos, cuadrados, círculos, espirales y laberintos, tan geométricamente pensados, tenían dentro de ellos, a voz abierta, la libertad de un trazo impecable y la soltura de un artista completo”.

 

Hay, concluyó, quien compara la obra de Vicente Rojo con obras literarias, “por su estructura. Para mí, su obra goza de armonía, de una estructura casi melódica y de un ritmo impresionante. Para mí Vicente Rojo es el músico que nos vino a ofrecer sus composiciones para que las percibiéramos a través de la vista”.

 

Puede ver el conversartorio en www.youtube.com/watch?v=4grSZgNGKR0

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