Necesario cambiar idea de que vivienda tradicional es sinónimo de pobreza: Georgina Sandoval

 

 

* Semana de la Facultad de Arquitectura y Diseño (FAyD) de la Universidad de Colima.

 

En el marco de la Semana de la Facultad de Arquitectura y Diseño (FAyD) de la Universidad de Colima, la académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-Azcapotzalco) y presidenta la Asociación Civil Casa y Ciudad, Georgina Sandoval dictó la conferencia: “Política de vivienda y propuesta desde la sociedad civil. Casa y ciudad”.

 

En su charla, que se realizó en la modalidad virtual, la conferencista afirmó que, al hablar de política de vivienda, no se puede dejar de mencionar la relación que debería de tener ésta con el uso de suelo; “de existir, seguramente la tragedia del desgajamiento del cerro del Chiquihuite, en la zona metropolitana, no hubiera pasado, y más porque este asentamiento tiene más de 50 años”.

 

Agregó que existen iniciativas que se conocen como políticas de mejoramiento de vivienda, mismas que se dirigen a sectores de población como el Chiquihuite: “Estas viviendas se encontraban en un proceso de regularización; muchas ya tenían cuatro o cinco niveles. Así pues, también se tendría que considerar la situación de riesgo y el cuidado del medio ambiente”.

 

En otro momento de la conferencia, Georgina Sandoval dijo que el hacinamiento es uno de los elementos que identifican el rezago habitacional, “pero también puede ser una manera cuantitativa de decir cómo estamos viviendo; dicen las Naciones Unidas que existe hacinamiento cuando más de dos personas pasan la noche en un mismo cuarto-dormitorio. Traduciendo esto a la mexicana, entonces hablamos de 2.5 personas en el mismo dormitorio, que se vuelven finalmente tres”.

 

En este sentido, agregó que el porcentaje de viviendas con hacinamiento no ha bajado en los últimos 30 años, y que cada seis se renueva una idea de política habitacional; sin embargo, el problema persiste; “durante las administraciones panistas, desde el año 2000, se tenía la tesis de que este problema se solucionaría por el mercado, pero no fue así, pues en el 2015 el conteo de vivienda reportó más de cinco millones de ellas deshabitadas. Después se realizaron distintos esfuerzos para maquillar esta cifra”.

 

Dijo que otra tesis establece que la vivienda no puede ser una mercancía: “Una propuesta habla no de la producción mercantil, sino de la producción social de vivienda, que define la propia ley. La idea es que los pobladores tengan en sus manos el proceso de producción y las decisiones sobre el mismo. Sin embargo, si no hay recurso, difícilmente se podría implementar esta definición”.

 

En México, comentó, “se tiene un sistema urbano complicado que permanentemente tiene sus propias complicaciones, sobre todo vinculadas al medio ambiente a partir de las ciudades, las metrópolis, conurbaciones y centros urbanos. Además, existe una condición de dispersión geográfica de localidades menores de 2 mil 500 habitantes, donde curiosamente también vive la población indígena”.

 

Por último, resaltó que entre los retos que se tienen están dejar de ver las políticas públicas desde la metrópoli, hacer a un lado el dominio de la cultura constructiva basada en el concreto y reconocer otras culturas constructivas y su relación con el entorno natural, “ello implica desde procesos formativos universitarios y profesionales y cambiar la idea de que la vivienda tradicional es sinónimo de pobreza”.

 

Georgina Sandoval es arquitecta y doctora en urbanismo por la UNAM; es presidenta de la Asociación Civil Casa y Ciudad, fundada en 1984, y Premio Nacional de Vivienda 2014 /2018 en la categoría de Producción Social de Vivienda. Sus temas de Investigación son Estudios Urbanos, Espacio público, Vivienda popular y Diseño y procesos participativos.

 

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