*“Las mujeres han trabajado para asumir responsabilidades en la vida pública y los hombres no han asumido responsabilidades en la esfera privada”: Guillermina Araiza.
Para promover la reflexión sobre los avances alcanzados a partir del derecho al voto de las mujeres, este fin de semana se llevó a cabo la mesa de diálogo virtual “El voto como un derecho reconocido de las mujeres”, en la que participaron Guillermina Araiza Torres, Elisa Ramos Jiménez y la joven Alicia Fernanda Cortés Mesina, en un evento organizado por el Centro Universitario de Estudios de Género de la Universidad de Colima.
La mesa de diálogo se realizó para conmemorar el 68 aniversario del reconocimiento de este derecho en México, y reunió a una gran cantidad de estudiantes y profesores. Antes de las intervenciones, se presentó un video conmemorativo con testimonios de una mujer que votó en 1955, cuando la mujer tuvo derecho al voto en México, y también de su nieta, que no tiene clara la fecha, ni la lucha previa llevada a cabo para poder votar.
Inició el diálogo Guillermina Araiza, directora general de publicaciones de la UdeC, con amplia experiencia editorial y como consejera electoral. También fue presidenta de la Asociación Colimense de Universitarias (ACU). Ella recordó que al votar por primera vez no era consciente “de los derechos de las mujeres, de las grandes luchas ni de las mujeres que perdieron la vida para que pudiéramos ejercer el un voto”.
Dijo que votar, para ella, significa darles mejores condiciones de vida no sólo a las mujeres sino a toda sociedad; “me obliga a analizar propuestas, perfiles y decisiones que para mí son mejores y ver si la persona por la que voté está cumpliendo con lo prometido. Al votar también me gusta darles prioridad a las mujeres candidatas, porque así se puede hacer la diferencia, y ejercer mi derecho significa un importante ejemplo para mi hija y para otras mujeres”.
Los logros de esta lucha, continuó Araiza Torres, “son la creciente paridad en todos los órganos de gobierno, aunque esto todavía es un reto”. Otros, añadió, son la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales y las comisiones de igualdad de género y no discriminación, la normativa del Instituto Nacional Electoral en materia de violencia política contra mujeres por razón de género y el procedimiento sancionador.
Para Araiza Torres el primer reto es la educación para todos, para que las mujeres tengan la visión de que sí pueden acceder a puestos de elección popular. Otro reto, dijo, “es que los hombres entiendan, conozcan y acepten que no se puede gobernar con la visión sólo de los hombres”.
A esto añadió la gran tarea de acciones afirmativas para respetar el derecho al aborto y otros derechos que no han sido reconocidos. Finalmente, puntualizó, es necesario que se reforme la participación de las mujeres en las coordinaciones políticas de los partidos, donde no hay participación suficiente de las mujeres.
En su participación, Elisa Ramos, feminista egresada de la Universidad de Colima e integrante del Centro de Apoyo para la Mujer “Griselda Álvarez A.C.”, dijo que al votar comprendió que “este derecho no es circunstancial y tampoco debe ejercerse a ciegas, porque las personas que se elijan son quienes nos van a representar”.
Agregó que “tener esta conciencia te permite estar al tanto de lo que pasa en nuestro entorno, de las necesidades como ciudadanía, las problemáticas de las mujeres y tener un voto razonado. Nos corresponde estar vigilante del cumplimiento de las acciones”. Para ella el feminicidio, que día a día va en aumento, “es el reto más urgente de atender; otro es que muchas mujeres conscientes de las problemáticas que nos afectan ocupen lugares de toma de decisión y así podamos construir un mundo de respeto de los derechos humanos”.
Alicia Fernanda Cortés, egresada de la UdeC y quien realizó estudios sobre género y urbanismo para la mujer y colabora con organizaciones civiles y proyectos de inclusión social en el espacio público, dijo que votar por primera vez, para ella, fue un momento importante, “un baldazo de agua fría porque como mujer soy un sujeto político que puede hacer valer sus necesidades o aspirar a un cargo público y entender mejor mis necesidades específicas”.
Reconoce en el voto un gran ejercicio de su libertad y que debajo de este privilegio hay personas que no tienen los medios para ejercerla, “por lo que estas personas y grupos de mujeres necesitan ser reconocidos”. Expresó que “es un gran logro ser reconocidas como sujetas políticas y cómo estos movimientos y luchas han logrado ser visibles porque desde la autogestión se pudo crear La Ley Olimpia y el reconocimiento de muchísimos acosadores y violadores”.
Sin embargo, finalizó, “hay mujeres en puestos de poder que continúan siendo un estereotipo de lo que se espera de la política mexicana, que al final del día es blanca, colonial, y que trabaja por ciertos intereses”.
La moderadora, Mayra González Flores, dijo que las tres mujeres que compartieron sus vivencias y reflexiones en esta mesa de diálogo “son mujeres que contribuyen en el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres y que han colaborado en distintos espacios públicos de la región”.
La participación de la audiencia fue continua y se expresó en torno a temas como el aborto, el lenguaje inclusivo y las marchas feministas, con aportes desde ambos lados de la balanza
Para finalizar, Guillermina Araiza dijo que “a los hombres les hace falta trabajar en definir las nuevas masculinidades, porque se están redefiniendo las formas de relacionarse y los hombres no han trabajado en sus derechos. Las mujeres han trabajado para asumir responsabilidades en la vida pública y los hombres no han asumido responsabilidades en la esfera privada”. Sobre las dudas de cómo comenzar esta relación, recomendó preguntar a las mujeres cómo es que quieren vivir una relación, y ellas preguntarles a ellos cómo vivir una nueva relación.