Era la noche del 24 de octubre de 1593 cuando el soldado español Gil Pérez se quedó dormido mientras montaba guardia en la plaza de armas de Manila, Filipinas.
Dicho cansancio extremo se debía al reciente asesinato del Gobernador de Filipinas, Gómez Pérez das Mariñas a manos de remeros chinos.
Al despertar vio un paisaje que jamás había conocido, comenzó a deambular por las calles hasta que fue reconocido por soldados imperialistas quienes preguntaban por su identidad, el respondió que era Gil Pérez, soldado español de guardia en Manila, Filipinas y al preguntar donde se encontraba quedó asombrado de descubrir que era México, específicamente en la Plaza Mayor (Hoy en día el Zócalo).
Pérez contó a los guardias que habían asesinado al Gobernador de Filipinas una noche antes, sin embargo eso no bastó y fue llevado a prisión donde permaneció por 60 días hasta que un barco filipino arribó a México y pudo corroborar la versión de Gil, además a bordo venía un soldado español que lo reconoció como su compañero por lo que fue liberado.
Fray Gaspar de San Agustín fue quien se encargó de recopilar la historia del soldado, basándose en entrevistas a personas que conocían la historia.
Escribió el libro “Conquista temporal y tspiritual de las Islas Philipinas”, publicado en 1698.
“Es digno de ponderación, que el mismo día que sucedió la tragedia (de la muerte) de Gomez Pérez, se supo en México por arte de Satanás, de quien valiéndose algunas mujeres inclinadas a semejantes agilidades trasplantaron a la Plaza de México a un Soldado que estaba haziendo posta una noche en una Garita de la muralla de Manila y fue executado tan sin sentirlo el Soldado que por la mañana le hallaron passeandose con sus armas en la Plaza de México, preguntando el nombre à quantos passaban. Pero el Santo Oficio de la Inquisición de aquella Ciudad le mandò bolver à estas Islas, donde le conocieron muchos, que me aseguraron la certeza de este suceso”, narra en su libro Fray Gaspar de San Agustín.
Nota publicada en México Desconocido.