Por: Vladimir Parra Barragán
Columna: Estación Esperanza
“El agua vale más que el oro, el agua es la vida”
-Epitacia Zamora, luchadora social de Zacualpan
El pasado 3 de mayo, fue un día histórico para Colima y para la comunidad indígena de Zacualpan, pues el juzgado primero de distrito en el Estado de Colima, determinó conceder un amparo interpuesto por la comunidad desde 2015, para dejar sin efecto las concesiones mineras de los lotes “Tigrillo” y “Heliotropo” que habían sido proporcionadas por las autoridades competentes por allá de 2013.
La lucha de Zacualpan implicó 9 años de resistencia a la imposición de una mina de oro a cielo abierto, de más de 100 hectáreas en tierras comunales y que pretendía construirse a menos de 1 kilómetro del manantial, lo que afectaría al medio ambiente, de manera directa al ojo de agua y a las especies que habitan en la zona.
Sobre la historia de la lucha en Zacualpan
A finales de 2013, habitantes de la comunidad de Zacualpan dieron a conocer que había intenciones de establecer una empresa minera en su territorio, Gabfer S.A. de C.V. por lo que iniciaron una recolección de firmas para declarar a Zacualpan como un territorio libre de minería ante la Procuraduría Agraria de Colima.
El caso llevó a que los habitantes de Zacualpan protestaran en el Congreso de Colima y una semana después, se aprobó un punto de acuerdo en el que se exhortaba a las autoridades correspondientes a rechazar la instalación de la mina. Sin embargo, no hubo mayor avance.
En febrero de 2014, se llevó a cabo el Foro Nacional de afectados por la minería en donde representantes de organizaciones de todo México contaron sus experiencias con respecto a la minería, los daños y acciones emprendidas. Fue entonces que se creó el Consejo Indígena por la Defensa del Territorio de Zacualpan donde Epitacia Zamora fue un referente para su conformación y para incentivar la participación activa de las mujeres en los procesos de la comunidad.
Fue así, que entre la lucha constante, la resistencia y algunas victorias, la comunidad de Zacualpan interpuso el amparo en 2015, lo que suspendió cualquier avance de la minera, hasta la resolución del caso, lo que tardó casi 7 años. Durante esa pausa, incluso tuvimos la oportunidad de acudir en 2017 al ojo de agua de Zacualpan con Jesús Ramírez Cuevas, vocero de la Presidencia de México que en ese entonces fungía como Secretario de Comunicación de Morena, para charlar con la comunidad y conocer los avances en el proceso.
Fue hasta la semana pasada, que finalmente las demandas de la comunidad encontraron eco a través del amparo. Jesús Santos Quirino, Presidente de la Junta Municipal de Zacualpan, señaló que este logro fue posible gracias a que Zacualpan no cambio su conformación a comunidad indígena a comunidad ejidal, como querían las autoridades del periodo neoliberal quienes prometían grandes beneficios. Gracias a eso fueron respetados sus derechos, pues la mina representaría una afectación directa al desarrollo económico y cultural de los pobladores, así como de su cosmovisión. Por si fuera poco, Zacualpan fue la primera comunidad en ser reconocida ante un tribunal agrario como territorio libre de minería a nivel nacional, lo que ha permitido a Zacualpan organizarse y establecer alianzas con organizaciones regionales y nacionales que luchan por las mismas causas a lo largo y ancho del país.
En rueda de prensa, Jesús Santos externó agradecimiento y reconocimiento al Presidente Andrés Manuel, por dar preferencia a los pueblos indígenas: “Porque yo estoy seguro que teniendo todas las reformas en contra y estuviera otro sistema de Gobierno, este amparo nosotros lo hubieramos perdido”.
En retrospectiva…
La lucha de Zacualpan, es ejemplo de las problemáticas ambientales, que diariamente hay en el país, donde se conglomeran intereses económicos, correlaciones de fuerza política y factores sociales que dan gran complejidad al tema, en especial cuando Zacualpan es la principal fuente de abastecimiento de agua de Colima y Villa de Álvarez, proporcionando anualmente 32.6 millones de metros cúbicos de agua, para más de 153 mil usuarios activos de la CIAPACOV, lo que representa el 90% de las aguas superficiales de las que se toma agua y el 85% de toda el agua que se utiliza para el abastecimiento de la zona conurbada.
Desde que inició este proceso de lucha, tuvimos la oportunidad de acompañar el proceso de la comunidad, sin que hubiera algún tipo de interés de por medio,sino por ética y la convicción personal. Nuestra lucha viene de lejos.
Es un privilegio haber compartido tantas experiencias y anécdotas con la entrañable comunidad de Zacualpan, haber conocido a grandes mujeres guardianas cómo Epitacia Zamora, haber sido parte de una lucha que hizo historia cuando se logró la declaración de Zacualpan libre de minería, cuando se logró concientizar a los habitantes de Colima, de que el agua vale más que oro, y que la lucha de Zacualpan era y es una lucha de todos y todas. La cancelación de las concesiones mineras, sienta un precedente esperanzador, desde nuestra trinchera y nueva responsabilidad, nos toca cuidar, proteger estos logros, seguir empujando para hacer valer el derecho al agua como un derecho fundamental, colectivo para el bienestar y salud pública, por las nuevas generaciones, por todos y todas. La lucha de Zacualpan, es pues, una lucha por la vida, por el bienestar, por la salud pública y por la seguridad hídrica de nuestros municipios.
¡Zacualpan vive¡ ¡La lucha sigue y sigue!