Recuerdan al artista visual Gil Garea, en el Museo Fernando del Paso

“Es un misterio lo que pasará con su obra, pero en algún momento se tendrá que revalorar su trabajo porque es un artista que muy pocos conocen, pero entre la comunidad cultural es muy valorado”: Guillermo Cosío.

 

 

A un año de su partida, el Museo Universitario Fernando del Paso recordó la vida y obra del artista Gil Garea a través de la videoconferencia “Gil Garea. Un contemporáneo sin caducidad”, donde amigos del artista visual como Guillermo Cossío, Javier Fernández, Ada Karmina Benavides y Tita Ochoa compartieron sus experiencias al lado del que, en vida, fuera considerado uno de los mejores exponentes del arte contemporáneo en Colima.

 

Karmina Benavides, directora del museo, recordó que Gil Garea se consolidó como artista tras haber ganado el primer lugar del Concurso de Cartel Taurino “Pinturerías”, que convocó la Fundación Cultural Televisa: “Así empezó a formar parte de importantes colecciones, a recorrer museos, galerías y bienales en los que sus proyectos artísticos no pasaron desapercibidos por la crítica del arte”, recordó.

 

Señaló que en Colima su legado se encuentra en diversos espacios públicos, como sus monumentales murales en la UdeC “y en la memoria y ánimo de quienes compartieron algún periodo de la vida de este polifacético artista””.

 

En este sentido, Guillermo Cosío, coleccionista de arte, mencionó que gracias a Gil Garea aprendió a entender a otros artistas: “Fue precursor, junto con otros artistas como Javier Fernández, Rafel Araiza y Reyna Michel, de lo que sería el movimiento del arte contemporáneo en Colima; sus trabajos se acercaron más a la literatura que a la plástica, sabía hacer esa mezcla, y ahora las podemos ver y descubrir; son una conjunción de muchas cosas”, dijo.

 

Por su parte, el pintor Javier Fernández compartió algunos datos sobre la vida de Gil Garea y sus experiencias cuando eran jóvenes y buscaban experimentar con materiales y técnicas. Esta característica, compartió la curadora Tita Ochoa, fue lo que más distinguió la trayectoria de Gil Garea. “Lo podemos ver en sus obras de cerámica con acabados satinados y colores brillantes y, aunque produjo poco, fueron muy atinadas sus recreaciones de los perritos colimotes al traerlos a la época moderna y contemporánea”.

 

Por último, Guillermo Cosío dijo que la obra del Gil Garea se encuentra desperdigada en la Ciudad de México, Guadalajara y Colima, así como entre sus hijos: “Es un misterio lo que pasará con su obra, pero en algún momento se tendrá que revalorar su trabajo, porque es un artista que muy pocos conocen, pero que entre la comunidad cultural es muy valorado”.

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