*“Lo que necesitamos es formar jóvenes que tengan criterio, que reflexionen, que se hagan preguntas y sean capaces de reconocer, cuando utilicen cualquier herramienta, qué alcances y beneficios les trae o cuáles de sus capacidades les permitirán mejorar”, coincidieron.
En el marco de las Jornadas Académicas 2024, la Universidad de Colima ofreció el taller “Rumbo a la conciencia digital: Desafíos y oportunidades de la IA en la formación. En él, las instructoras insistieron en la necesidad de reflexionar sobre el uso y las implicaciones éticas y pedagógicas de la Inteligencia Artificial en el ámbito educativo.
El taller lo impartieron Ana Isabel Zermeño Flores, profesora investigadora del Centro Universitario de Investigaciones Sociales (CUIS); Paulina Rivera Cervantes, profesora de tiempo completo de la Facultad de Letras y Comunicación; Mabel Navarrete, integrante del CUIS y Marina Vázquez, profesora de la Facultad de Mercadotecnia y directora general de Radio de la UdeC, todas integrantes del Cuerpo Académico 120: Comunicación y Cultura.
En entrevista, las investigadoras destacaron que el taller no fue sólo para que las y los asistentes mejoraran sus habilidades técnicas en el uso de la IA. Abordaron la reflexión, la conciencia y una visión crítica sobre el papel de esta nueva herramienta en la formación de los estudiantes y profesores, así como sus alcances, riesgos, desafíos y oportunidades en el ámbito educativo.
“Necesitamos preguntarnos cómo hacemos las cosas, por qué está aquí esta IA, por qué llegó tan masivamente, qué alcance tiene, cómo podríamos utilizarla, o no, con los estudiantes y para nuestro propio desarrollo profesional”, agregó Mavel Navarrete.
Ana Isabel Zermeño explicó que la propia publicidad de la IA por parte de empresarios e influencers, donde la hacen ver como una aplicación que resuelve la vida y las tareas, oscurece su verdadero potencial, el cual, desde su perspectiva, se encuentra en fortalecer las capacidades individuales
Respecto a este potencial, Zermeño agregó que puede utilizarse para mejorar las habilidades en áreas como el lenguaje, la organización, la redacción, entre otros, en lugar de depender de ella para resolver las tareas; “es una cuestión meramente de creatividad; es decir, de cómo usar las cosas para nuestro bien, para retroalimentar nuestra inteligencia, no para que nos resuelva la tarea directamente”, insistió.
Durante los días del taller, analizaron también las consideraciones éticas asociadas al uso de la Inteligencia Artificial, especialmente las desigualdades que podrían surgir tanto en el contexto educativo como en el social, por un mal uso o la falta de comprensión de estas tecnologías.
A manera de ejemplo, mencionaron la aplicación ChatGPT, la cual cuenta con un marco ético publicado por la UNESCO, en el que se subraya la responsabilidad del usuario en verificar la precisión de los resultados, esto con la finalidad de evaluar de manera crítica, la información generada por los sistemas de IA.
En este punto, tanto Paulina Rivera como Mavel Navarrete señalaron el peligro inherente en la construcción de Sistemas de IA que dependen de datos sesgados, “ya que a través de su uso desinformado y despreocupado pueden perpetuarse o reproducirse desigualdades, injusticias, prejuicios y discriminaciones”, por lo que hicieron un llamado a llevar a la práctica un pensamiento crítico para evitar consecuencias no deseadas.
“Por un lado – agregó Zermeño–, tenemos el entrenamiento de datos sesgados y por el otro un absolutismo en términos de presencia tecnológica en poblaciones que a lo mejor no tienen suficiente criterio desarrollado y sí una gran falta de atención; entonces, nada más con estos dos elementos podríamos reproducir las desigualdades e injusticias que mencionábamos, por eso es importante la reflexión y la crítica en estos temas”.
Las integrantes del Cuerpo Académico 120: Comunicación y Cultura, destacan que el papel de las universidades en el abordaje de la IA en la educación es fundamental, pues el desarrollo de capacidades y habilidades en este ámbito no sólo concierne a los estudiantes, sino también a los docentes, “quienes deben estar a la vanguardia para guiar y potenciar el aprendizaje”.
Es necesaria, dijeron, la necesidad de revisar estrategias que han implementado otras universidades y establecer un plan integral que guíe a la institución en el aprovechamiento de la IA “evitando que los esfuerzos se diluyan en respuestas improvisadas ante la premura de la herramienta y que se pierda de vista el objetivo fundamental de la educación, que es formar individuos críticos y reflexivos”.
Para ellas, la IA no debe ser el centro, sino un medio que potencie el pensamiento crítico. “Lo que necesitamos es formar jóvenes que tengan criterio, que reflexionen, que se hagan preguntas y sean capaces de reconocer, cuando utilicen cualquier herramienta, qué alcances y beneficios les trae o cuáles de sus capacidades les permitirán mejorar”.
Las cuatro concluyeron que este taller fue un valioso ejercicio de autoevaluación para los profesores de la UdeC y un diagnóstico rápido sobre las habilidades tecnológicas que exponen brechas significativas entre docentes y la necesidad de ajustar las estrategias didácticas y la capacitación continua.
Destacaron la gran disposición de los universitarios para aprender y la urgencia que sienten ante la inminente confrontación con una nueva realidad educativa. “No sólo se trata de cerrar brechas de acceso, sino también de promover competencias y habilidades que permitan a los docentes utilizar la tecnología, comprender su alcance y aplicarla de manera efectiva en sus prácticas pedagógicas”.
El taller marca el inicio de una nueva línea de trabajo para este Cuerpo Académico, en la que se aborden las complejidades de la implementación de las TIC en el ámbito educativo desde la fusión de las miradas técnicas, del desarrollo y la ciencia social, “para ver qué podemos construir en la Universidad de Colima”.