Con charla de Irene Vallejo concluyen las Jornadas Académicas de la UdeC

*“Leer libros rigurosos y científicos nos hace menos influenciables, menos vulnerables a la propaganda y la manipulación. La lectura es un ejercicio intelectual necesario para enfrentar los retos del presente”, agregó la Doctora Honoris Causa por la UdeC.

 

Para finalizar las Jornadas Académicas 2025 de la Universidad de Colima, se presentó en modalidad virtual la charla “Encuentro con la infinita”, impartida por la escritora española Irene Vallejo Moreu, autora de obras como El infinito en un junco u doctora Honoris Causa por esta casa de estudios. En este espacio, Vallejo compartió reflexiones sobre la importancia de la educación, el valor de los docentes y el impacto transformador de la lectura en la formación de las personas y las sociedades.

 

La educación como semilla de cambio

 

Vallejo, proveniente de una familia de maestros, subrayó el papel fundamental que desempeñan los docentes en la construcción de un mejor futuro. Compartió una anécdota sobre su abuelo, que marcó su visión sobre la educación:

 

“Mi abuelo, al pasar por una alcantarilla, siempre se aseguraba de que estuviera bien asegurada. Si veía una cáscara de plátano, la levantaba y me decía: ‘Con esto hemos evitado que alguien tropiece y se rompa una pierna. El mal es estridente, violento, pero el bien no se nota; sin embargo, es lo que permite que todo discurra, que las cosas existan, crezcan y lleguen a su plenitud’”.

 

Con esta metáfora, Vallejo explicó que la educación es ese “bien invisible” que, como las semillas, germina lentamente y da frutos hermosos con el tiempo: “Sin esa siembra, muchas vidas se perderían o quedarían mutiladas. Las universidades públicas, como la de Colima, encarnan ese bien que no siempre se nota, pero que es imprescindible para la sociedad”.

 

Defender la educación pública y el valor de la lectura

 

Para Irene Vallejo, la educación pública es la mayor esperanza para construir un sistema social más justo, pues ofrece oportunidades a quienes, por su origen, no las tienen garantizadas. Ella misma es el resultado de esta apuesta:

 

“Gracias a las becas y a la educación pública, pude estudiar posgrados y desarrollar mi trayectoria. La sociedad confió en mí al brindarme estas oportunidades, y por eso creo que debemos defender la educación con firmeza. Lamentablemente, hoy se presta más atención a los procesos políticos que al aprendizaje en sí, cuando debería ser al revés”.

 

Asimismo, destacó la importancia de vincular el proceso educativo con el hábito de la lectura: “A través de los libros aprendemos de los errores del pasado y fortalecemos nuestra capacidad crítica. Leer libros rigurosos y científicos nos hace menos influenciables, menos vulnerables a la propaganda y la manipulación. La lectura es un ejercicio intelectual necesario para enfrentar los retos del presente”.

 

Ante la pregunta de cómo despertar el interés por la lectura en los jóvenes, Vallejo sugirió estrategias que conecten a los estudiantes con el placer de leer. “Es fundamental cultivar este hábito poco a poco. Por ejemplo, leer en voz alta en las aulas puede motivarlos. Parece que solo le leemos a los niños, pero hacerlo con jóvenes y adultos también es esencial. Los libros tienen la capacidad de sacudir nuestros prejuicios y retarnos intelectualmente, algo que las redes sociales y las pantallas no hacen, ya que estas últimas nos encierran en burbujas que refuerzan nuestras ideas previas. Los libros, en cambio, nos invitan a cuestionarnos, a transformarnos, a pensar de manera crítica”.

 

Vallejo también hizo énfasis en el poder de la narrativa como herramienta educativa: “Los datos se retienen mejor si los transformamos en anécdotas o aventuras. Nuestra memoria es narrativa, y esa conexión emocional que ofrecen la literatura, el teatro, la música y la danza puede enriquecer tanto a estudiantes como a docentes”.

 

El poder de la palabra y la importancia de confiar en los jóvenes

 

Otro aspecto clave de su mensaje fue la responsabilidad que tienen los docentes al usar su voz y sus palabras para motivar o, en el peor de los casos, desalentar a los estudiantes. “Debemos ser conscientes del impacto de lo que decimos. Las palabras adecuadas, dichas en el momento justo, pueden marcar la diferencia en la vida de un joven. Pero también podemos despreciar su trabajo y apagar su entusiasmo si no somos cuidadosos. Por eso, es crucial valorar y cuidar el poder de la palabra”, reflexionó.

 

En su charla, Vallejo rindió homenaje a destacadas escritoras mexicanas como Elena Garro, Elena Poniatowska, Rosario Castellanos y Sor Juana Inés de la Cruz. “A través de sus obras, estas mujeres clamaron por justicia y nos mostraron cómo la cultura, la literatura y el arte pueden moldear los imaginarios colectivos y hablarles a las nuevas generaciones sobre las trampas, los errores y las injusticias del pasado usando un lenguaje claro y poderoso”.

 

Clausura de las Jornadas Académicas

 

El evento concluyó con la intervención de Susana Aurelia Preciado, coordinadora general de Docencia, quien clausuró las Jornadas Académicas en representación del rector Christian Torres Ortiz Zermeño, tras dos semanas de actividades. En total, dijo, “tuvimos 8 conferencias magistrales, 40 cursos-talleres socioemocionales, pedagógicos, digitales, de investigación, género, inclusión, gestión escolar, pedagógicos y bienestar escolar; 28 talleres sobre cultura, investigación digital y didáctica, 5 charlas sobre convocatorias federales, 3 micro talleres, 2 diplomados, un ciclo de cine y un seminario”.

 

“Estas actividades no solo tienen que ver con nuestra labor profesional, sino también con nuestro desarrollo como personas. Somos individuos con habilidades y necesidades, y estas jornadas buscan atender esas dimensiones de manera integral”, destacó Preciado.