Siempre que tengo la oportunidad de escribirte, me lleno de gozo y emoción por la magia que crea la escritura y tu lectura. Si lo piensas bien, el hipotético lector o lectora de estas líneas no tiene idea del tiempo y espacio en que fueron escritas. De igual forma, el autor no tiene certeza alguna sobre si serán leídas, mucho menos sobre quiénes lo harán, y bajo qué circunstancias. Desconozco si estas reflexiones te serán útiles, aunque mi intención es que te sirvan como elementos de reflexión y análisis para el desarrollo personal.
Hoy quiero compartir contigo una conclusión a la que he llegado en este punto de mi vida. Planteamiento que aclaro, es limitado y generalizado sobre la forma en que como sociedad, estamos dando sentido a nuestra existencia, tomando en cuenta no solamente los discursos y narrativas vigentes, sino también los mecanismos que estructuran y moldean silenciosa pero efectivamente nuestro pensamiento y comportamiento social:
“Hemos cambiado el amor por el deseo, la paz por la intriga y a Dios por el ego.”
Reflexionar sobre los conceptos de Amor, Paz y Dios es complejo y nos llevaríamos muchas lineas, por lo que en esta publicación nos referiremos únicamente al amor y al deseo.
El amor es uno de los conceptos más hermosos, complejos y exigentes. Numerosos pensadores y filósofos han escrito sobre él, como Platón, Aristóteles, San Agustín, Spinoza, Kant, Nietzsche, Kierkegaard, Erich Fromm, Madre Teresa de Calcuta, Caroline Myss, entre otros. Aunque presentan diferencias en sus concepciones, desde mi perspectiva coinciden en cinco principios esenciales:
El primero es que el amor es una fuerza que trasciende todo razonamiento consciente, y de ella emergen la creatividad, el arte y la inspiración.
El segundo principio es que el amor es una decisión consciente. No debe confundirse el concepto de amor con el enamoramiento, ya que este último abarca únicamente una parte emocional del amor en pareja. Por tanto, al ser una decisión consciente, parte de un principio de voluntad libre, donde se busca el beneficio o la conexión con el Ser u objeto amado. Desde esta perspectiva, no se condiciona el acto de amar a un intercambio de beneficios.
Un tercer aspecto relevante sobre el amor es que conlleva la aceptación del objeto amado tal y como es. Por el contrario, si se pretende o condiciona el amor al cambio, entonces no se ama realmente al sujeto del supuesto amor, sino a una proyección ideal que se quiere imponer sobre el otro.
El cuarto principio sostiene que el amor requiere tiempo, tanto para su construcción como para su evolución. Se necesita tiempo para aceptar la totalidad del ser amado (tanto aspectos positivos como negativos) y decidir ejercer el acto de amar. Asimismo, el amor evoluciona al experimentar esa fuerza, lo que nos lleva al quinto principio: la trascendencia e influencia en las tres naturalezas del ser humano (física, racional y espiritual). Diversos estudios han demostrado la influencia positiva que tiene en nuestro cuerpo y mente ejercer o ser testigos de actos genuinos de amor. Basta con recordar momentos en que aceptamos algo sin juzgar o buscamos el bien del otro sin esperar nada a cambio.
Hoy en día, la sociedad no reconoce el ejercicio de esta concepción profunda del amor por una razón sencilla: no vende, no es económicamente rentable. El amor es un acto libre, sin ataduras ni intereses, salvo el propio acto de amar. En cambio, la misma sociedad ha disfrazado el deseo de amor, ya que el deseo, al ser un condicionamiento mental, resulta económicamente muy rentable. El deseo solo reconoce el placer en su logro, no en el proceso. El deseo siempre busca reciprocidad y no se elige conscientemente; más bien se impone desde nuestra construcción social. Bajo esta visión, somos seres encadenados a deseos culturalmente impuestos, dedicando nuestra existencia a satisfacerlos para obtener breves momentos de placer.
-¿Sois libres? -Preguntaba el Maestro- si es así, entonces, despojate de todos tus deseos y sigueme…
Con afecto
Servir para Trascender
Miguel Vladimir Rodriguez Aguirre
Con información de: https://infinitologos.blogspot.com/2025/03/hemos-cambiado-el-amor-por-el-deseo-la.html?m=1