“Nadie ve el mundo como es; todos lo vemos según lo que somos” Stephen R. Covey
Cada personalidad es única e irrepetible desde el momento en que nacemos, comenzamos a construir una interpretación muy particular del mundo. Nuestras experiencias, creencias, paradigmas valores, carácter y heridas moldean la forma en que percibimos la realidad, de tal manera que en esencia no vemos a las personas ni a los hechos tal y como son, sino a través del lente de nuestras expectativas, miedos y deseos. Un mismo hecho puede ser vivido de maneras completamente diferentes por dos personas o mas personas. ¿Por qué? La razón radica en que no reaccionamos ante lo que sucede, sino ante la interpretación que hacemos de de lo que nos pasa.
¿Cuántas veces hemos sentido que alguien fue “injusto” contigo, solo para descubrir después que quizás no había tal intención? ¿O tal vez te hemos admirando en otros(as) cualidades que secretamente anhelas desarrollar en ti mismo(a)?
Una de las máximas de algunas filosofías orientales radica en el concepto de que “Nuestro mundo exterior es una proyección de nuestro mundo interior”. Aceptar esta realidad puede ser profundamente liberador. Ya que deja de ser necesario cambiar a otros o controlar el entorno para sentirnos en paz. El verdadero trabajo comienza en nosotros mismos. Cada emoción que surge, cada juicio que emitimos, cada admiración que sentimos es una señal y a la vez un llamado al autoconocimiento.
Cuando alguien nos irrita profundamente, ¿qué parte de nosotros está reaccionando? Cuando alguien nos inspira, ¿qué sueño olvidado nos está recordando? La vida, entonces, se transforma en un espacio continuo de aprendizaje y crecimiento.
Reconocernos en los demás no significa justificar acciones dañinas ni perder nuestra capacidad crítica, sino desarrollar una mirada más compasiva, tanto hacia los demás como hacia nosotros mismos.
Si quieres cambiar tu mundo, empieza por preguntarte ¿Por qué reaccionas de una determinada manera ante una situación especifica? o ¿Por qué piensas lo que piensas? Las siguientes preguntas pueden guiarte en tu reflexión
- ¿Desde qué emociones y creencias estoy mirando esta situación?
- ¿Qué historias internas me están coloreando esta experiencia?
- ¿Qué me está mostrando esto de mí mismo que aún no he sanado o fortalecido?
El trabajo interior, aunque desafiante, es infinitamente más poderoso que cualquier intento de cambiar el exterior. Al limpiar nuestros propios lentes, cultivando la empatía, el autoconocimiento y la humildad, empezamos a ver la vida con nuevos ojos: menos duros, más comprensivos y auténticos.
Hoy te invito a preguntarte: ¿qué parte de ti se refleja en lo que ves a tu alrededor? La próxima vez que te enfrentes a una situación desafiante o a una emoción intensa, haz una pausa y mira adentro antes de reaccionar. Recuerda: no vemos las cosas como son, sino de acuerdo al significado que les hemos dado. En esa comprensión radica uno de los secretos más profundos de la transformación personal.
Con afecto
Servir para Trascender
Miguel Vladimir Rodriguez Aguirre
Con información en: https://infinitologos.blogspot.com/2025/04/el-espejo-interno-de-nuestra-realidad.html?m=1