*Ingesta de agua o alimentos contaminados y contacto con fluidos infectados, causan la enfermedad, señala la Secretaría de Salud
La Secretaría de Salud y Bienestar Social del Gobierno del Estado informa que consumir alimentos y agua en condiciones salubres, evitar el contacto con fluidos infectados y con grupos de población de alto riesgo, además de aplicar la vacunación, contribuyen a prevenir la hepatitis o inflamación del hígado causada principalmente por cinco virus que también dan origen a cirrosis y cáncer de este órgano.
La hepatitis viral es causada por uno de los cinco virus, llamados tipo A, B, C, D y E, de los cuales el A y E son provocados generalmente por la ingestión de agua o alimentos contaminados; mientras que los B, C y D se producen por el contacto con líquidos corporales infectados.
Asimismo, expuso que la hepatitis A se transmite por comer o beber alimentos o agua contaminados con heces fecales infectadas con este virus. Puede causar síntomas debilitantes y hepatitis fulminante (insuficiencia hepática aguda), desarrollando estos signos con mayor frecuencia en adultos que en niños, entre los cuales causa ictericia (coloración amarillenta de la piel y mucosas) en más del 70% de los casos.
La hepatitis B, cuya infección se puede volver crónica, es transmitida por contacto con fluidos infectados (sangre, semen, saliva, etcétera) y causa fatiga extrema, vómitos, orina oscura, y piel y ojos amarillentos, provocando un mayor riesgo de morir por cirrosis hepática y cáncer de hígado.
Aun cuando la vacuna contra la hepatitis B es el principal pilar de la prevención, las prácticas para la seguridad de las inyecciones, eliminar inyecciones innecesarias e inseguras, pueden ser eficaces para proteger contra la transmisión de este virus.
Y la hepatitis C, que también puede progresar a cirrosis y cáncer de hígado, se transmite principalmente de forma parenteral, es decir, entra al cuerpo vía intravenosa, subcutánea o intramuscular, incluyendo inoculación por uso de drogas inyectables, lo que puede suceder por el uso material infectado como agujas de acupuntura y jeringas, así como piercings y tatuajes.
Como no hay vacunas para prevenir la infección por este virus, la Secretaría de Salud indica que la prevención depende de la reducción del riesgo de exposición al virus en el entorno sanitario, en los grupos de población de alto riesgo como los consumidores de drogas inyectables y en los contactos sexuales.