Los presidentes de Estados Unidos no acostumbran a confesar sus miedos, mucho menos si estos son irracionales. Y menos aún si lo que les asusta son los muñecos de nieve. Barack Obama admitió en una entrevista con la revista People que le parecen “escalofriantes” y que le recuerdan al muñeco diabólico. “Si veo uno de esos en mi dormitorio, me mudo”.
Todo empezó como una broma. El equipo responsable de las decoraciones navideñas de la Casa Blanca instaló decenas de muñecos por los pasillos del edificio presidencial en Washington, así como en los jardines que lo rodean. Según reveló el fotógrafo oficial de Obama, Pete Souza, varios empleados especularon con cambiarlos de sitio hasta conseguir que cada uno de los muñecos se asomara por una de las ventanas del Despacho Oval, donde trabaja el mandatario.
“A veces hay que divertirse. Durante las últimas cuatro semanas ha habido cuatro muñecos de nieve decorando el Jardín Rosado y hemos estado bromeando si alguien se daría cuenta de si los vamos moviendo poco a poco hasta acercarlos al Despacho Oval”, escribió Souza en Instagram.
El peso de los muñecos casi arruina la broma, pero unos cuantos empleados —“no revelaré quiénes”, dijo Souza— aprovecharon una mañana para colocarlos junto a las ventanas. Esta foto fue tomada mientras el presidente firmaba varias leyes antes de abandonar Washington con motivo de las fiestas de Navidad, que ha celebrado en Hawái junto a su familia.
¿Qué dijo Obama? “Sí, le ha gustado”, contó el fotógrafo junto a esta imagen en la que se ve al presidente bromeando con uno de los muñecos al otro lado de la puerta que lleva del Despacho Oval al exterior de la Casa Blanca.