Podría afectar basura salud de costas de Jalisco, Colima y Michoacán: Investigador de la UdeC

 

 

*“Se observó que en las zonas costeras es donde hay más basura, sobre todo durante la temporada de lluvias; esto lo atribuimos a las descargas de los ríos, que aumentan su cauce y arrastran la basura al océano”, añadió Christian Daniel Ortega.

 

Botes y bolsas de plástico, sogas, unicel, globos del 14 de febrero, letreros de “No estacionarse”, animales muertos, pelotas, zapatos, preservativos y sandalias, se encontraron en las costas de Jalisco, Colima y Michoacán durante la investigación hecha por Evelyn Díaz Torres, egresada de la Maestría en Ciencias del Mar de la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad de Colima, recogida en su tesis: “Basura marina: agente de disturbio biológico en el Pacífico Central Mexicano”.

 

Luego de tres años de trabajar en el mar para hacer el registro de estos datos, dijo en entrevista el asesor de dicho trabajo, el profesor-investigador Christian Daniel Ortega Ortiz, la basura marina flotante [aquellos objetos hechos por el ser humano], fueron más abundantes comparados con objetos naturales como ramas de árboles, hojas, plantas, etc.

 

“Se observó que en las zonas costeras es donde hay más basura, sobre todo durante la temporada de lluvias; esto lo atribuimos a las descargas de los ríos, que aumentan su cauce y arrastran la basura al océano. Vimos que el plástico es el dominante, con un 80 por ciento de los objetos flotantes que aparecían en las costas de Jalisco, Colima y Michoacán. Estos objetos suelen hundirse en el fondo del océano, se degradan muy lentamente y son altamente contaminantes”, detalló el investigador.

 

Otro de los puntos que interesaban en esta investigación, era conocer si el lugar donde se ubicaba la basura era el mismo donde había animales marinos, “porque si estaban en el mismo sitio, la interacción sería mayor; esto es, que se incrementa la probabilidad de que objetos y animales interactúen y que estos últimos puedan enredarse o tragarse los objetos flotantes. Tras el estudio, identificamos que en la costa de Jalisco y Colima existen sitios de interacción basura-animales”.

 

Agregó: “queríamos completar nuestro ejercicio analizando los animales muertos que pudiéramos encontrar en las playas y realizar una necropsia con el fin de saber la causa de muerte. Hicimos esto durante un año y medio, pero no encontramos ninguno muerto por causas de la basura”.

 

Dijo que sólo encontraron una tortuga verde en estado de agonía, la cual tras varios  intentos por salvarla, murió; “hicimos una necropsia y encontramos restos de plásticos. Por lo menos tenemos una evidencia. Lo que sucede es que los animales a veces confunden la basura con sus posibles presas, se la tragan y pueden morir”.

 

Es cierto, abundó, “que la mortalidad de animales por causa de la basura es poca, y si continuamos contaminando nuestras ciudades y playas, quizás más adelante sí pueda ser éste un factor de mayor preocupación”.

 

Una forma de saber si nuestras costas están sanas, es ver cómo está la conservación de los considerados depredadores tope: ballenas, delfines y tiburones.

 

Debido a que éstos se alimentan de otros animales, su presencia permite conocer si las aguas colimenses están libres de contaminantes y con suficientes nutrientes. Ortega Ortiz explicó que “estos animales se alimentan de otros dentro de la cadena alimenticia; es decir, de otros peces, que a su vez se alimentan de otras especies, las cuales podrían alimentarse de plantas, y si alguna de ellas no se encuentra en buen estado, podrían enfermar al resto de las especies que las consumen”.

 

“Imaginemos –agregó– que alguna planta marina está contaminada por algún agente proveniente de basura, por líquidos que desechan los barcos o por otras sustancias peligrosas que afectan a esa planta u organismo, que será consumida por algún pez. Éste, después de digerirlo enfermará y será ingerido por algún otro de la cadena alimenticia hasta llegar a los depredadores tope, los cuales podrían enfermar o no permanecer en el lugar debido a su grado de contaminación”.

 

Por suerte, dijo para finalizar, “en las costas de Jalisco, Colima y Michoacán se han registrado 17 especies de mamíferos marinos, desde delfines moteados hasta ballenas de gran tamaño como las jorobadas y las azules. Los primeros son considerados una especie residente de la región y las segundas como especies migratorias”.

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