El Congreso de EE.UU. se reúne este miércoles en Washington para corroborar el resultado de las elecciones de noviembre, un paso habitualmente ceremonial que los aliados del presidente saliente, Donald Trump, planearon aprovechar para lanzar un último y estéril desafío a lo votado por los estadounidenses.
Según han mostrado varios medios de comunicación y periodistas en Estados Unidos, se han registrado varios disturbios, especialmente en las afueras del Capitolio.
Simpatizantes de Trump han protestado desde tempranas horas de este miércoles, especialmente después que el actual presidente asegurara que “nunca” concederá la derrota frente al presidente electo, el demócrata Joe Biden, al reiterar sus acusaciones, sin pruebas, de fraude electoral.
“No cederemos nunca, nunca concederemos” , dijo Trump a los miles de manifestantes congregados a las afueras de la Casa Blanca para la marcha “Salvar a EEUU”.
Por su parte, el vicepresidente saliente de Estados Unidos, Mike Pence, afirmó el miércoles que no intervendrá para detener la certificación en el Congreso de la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones de noviembre, desafiando los deseos del mandatario republicano Donald Trump.
“La Constitución me impide reclamar una autoridad unilateral para determinar qué votos electorales deben contarse y cuáles no”, afirmó Pence en un comunicado emitido cuando comenzaba la sesión conjunta del Congreso para certificar los resultados de las presidenciales, y poco después de que Trump le instara a hacer lo contrario desde un mitin en Washington.
Poco después del comienzo de la sesión, el legislador Paul Gosar se levantó para “objetar el recuento de los votos electorales de Arizona”, en una acción que levantó tanto aplausos como abucheos y que abrirá un debate de dos horas en cada cámara, aunque todo apunta a que la queja será rechazada antes de que continúe el proceso de certificación.
Los esfuerzos republicanos no tienen apenas opciones de prosperar, ya que los seguidores de Trump carecen de apoyos suficientes en la Cámara y en el Senado para frustrar la certificación de la victoria de Biden en las elecciones del pasado 3 de noviembre.