Conoce la leyenda de la virgen que crece

En El Remudadero, comunidad de Comala es muy conocida la “virgen que crece”, a continuación presentamos la leyenda que la acompaña contada por Marina Rolón, integrante de la familia
que se ha convertido en cuidadora de esta virgen:
“Corría el año 1846, cuando una familia campesina vivía muy pobre, trabajando en el campo siempre para mantenerse.
Este señor, jefe de familia, llamado Eluterio Rolón, hombre que trabajaba de jornalero junto con sus hijos. Vivían en casitas de zacate cercadas de palos, en ese entonces no se vacunaban los perros contra la rabia, debido a eso la familia hacia tapancos de madera pegados al techo colgados con sogas, y al tapanco se subían por medio de una escalera para dormir arriba, al señor se le acabo su escalera de madera y tuvo que ir a un lugar cerca de su casa ubicada en el Remudadero a cortar un pedazo de tronco para hacer la escalera, se llevo el tronco a su casa para hacerle los escalones con un hacha para poder subir al tapanco el y su familia, y sucedió el milagro de que subió primero toda su familia y él se quedó al ultimo, al tratar de subir por primera vez la escalera del trozo de madera se cayó hasta el suelo, y este señor le echo la culpa a su mujer y a sus hijos que ellos habían movido la escalera para que se cayera, entonces les reclamó que porque le habían hecho eso y les dijo, levantando la escalera otra vez, poniéndola hacia el tapanco: “Dejen que me suba con ustedes y los voy a azotar con una soga”, el señor enojado volvió a subir los escalones, y cual sería su sorpresa, que la escalera se volvió a caer, entonces les volvió a gritar muy enojado : “pero a la tercera va la vencida, esperen a que me suba”, la esposa y los hijos llorando le decían que ellos en ningún momento le habían movido la escalera, que no los fuera a golpear , el señor por tercera vez volvió a subir a la escalera, iba a la mitad cuando la escalera se volvió a caer con él, pero cuando esto le sucedió, él se había dado cuenta ya que nadie le había movido la escalera, que la escalera sola lo había tumbado las tres veces, muy enojado agarró el hacha con la que había construido la escalera y le dio dos hachazos, tan fuertes con ganas de desbaratarla, le iba a dar el tercer hachazo cuando ¡Oh sorpresa! A la escalera de tronco le empezó a salir sangre, entonces él se asustó y se puso a reflexionar, que cual animal o ser vivo podría existir ahí, si el tronco estaba cerrado y verde, entonces, ya con mucho cuidado partió el trozo por la mitad para ver que era lo que se encontraba en medio del trozo y su sorpresa y la de su familia, al abrirlo por la mitad se encontró a nuestra madre santísima de Guadalupe, que los dos hachazos que había tirado le golpearon su pierna y de ahí emanaba la sangre que salía del trozo, entonces él asustado y emocionado al mismo tiempo le gritaba a su mujer y a sus hijos que se haba encontrado una monita, él señor era muy incrédulo a la religión católica, nunca quería saber de dios, de la virgen o de los santos, y su esposa e hijos, por lo contrario eran creyentes, conociendo así la imagen de cristo y de la virgen, entonces la esposa llorando le decía: “No Eluterio, no es una monita, es la virgen santísima de Guadalupe”, el arrodillado llorando decía que no podía acabar de creer, que el siendo tan malo le sucediera ese milagro, desde entonces el señor cambió mucho con la familia, no volvió a golpearlos, ni a decirles palabras malas, desde ese tiempo él se convirtió, empezó a creer mucho en dios y la virgen que hasta dejo de tomar para siempre, y se iba en aquel entonces con familia a la misa hasta Comala y a la hora santa que se hacia, sin importarle ir a Comala y regresarse a pie hasta El Remudadero.
Después de morir la familia, la virgen se iba heredando de generación en generación, hasta que la ultima familia que la tuvo en su casa y la virgen comenzó a hacer milagros estando con ellos, dijeron que su lugar era la iglesia .
Ignacio Rolón, descendiente de la familia que se la encontró, quiso llevarla a la iglesia de Comala para que toda la gente la conociera, entonces al llevarla se la dejó al señor cura, dejándola unos días, y cierto día el señor cura le mandó la razón hasta El Remudadero, para que fuera por ella, porque él no la quería en la iglesia y como ya casi era semana santa le dijo que si quería que la quemara con los santos viejos para darle ceniza a la gente, entonces él reunió personas del Remudadero y se la trajeron con cohetes y peregrinación de regreso hasta El Remudadero para que no la quemaran.
Y así anduvo de familia en familia hasta que hizo milagros a mucha gente en las casas donde estaba, al ver eso la esposa de don Eluterio Rolón (hijo de Ignacio Rolón) Guadalupe Centeno Maciel dijo que su lugar de ella era la iglesia, ya que mucha gente iba a rezarle en la casa donde la tenían.
Uno de sus milagros ha sido crecer a través de los años, debido que cuando fue encontrada media por lo menos 15 cm, ya que cabía en una caja de zapatos de niño recién nacido, y a la fecha mide casi un metro, y esto se comprueba debido a que la han tenido que cambiar de nichos porque ya no cabía en ellos.
Fue llevada a la iglesia que se hizo en la comunidad.
Se le hacen misas cada día 12 de cada mes desde hace 25 años a la fecha, ahí está ella para alegría y contento de toda la gente y nuestras familia. Aquí se encuentra ella para toda la gente que quiera venir a conocerla. Aquí se les espera con mucho gusto, para hacerlos participe de nuestra dicha y felicidad”.
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