La idea no es sólo que los alumnos aprueben, sino que aprendan: Eduardo Monroy

 

 

*El Dr. Eduardo Monro habló en videoconferencia de la importancia del aprendizaje acelerado, entendido como “un conjunto de estrategias que permitirían que nuestros estudiantes aprendieran más rápido”.

 

Como parte del seminario Recursos y habilidades transversales para la docencia, que se realiza dentro de las Jornadas Académicas 2021 de la Universidad de Colima, se llevó a cabo este lunes la conferencia “Aprendizaje Acelerado”, que impartió vía Zoom el Dr. Carlos Eduardo Monroy Galindo, académico y secretario técnico de rectoría.

 

En su conferencia, Monroy Galindo resaltó que “se debería pensar en el aprendizaje acelerado como un conjunto de estrategias que permitirían que nuestros estudiantes aprendieran más rápido”; sin embargo, aclaró, el aprendizaje no se acelera, “el aprendizaje es de cada quien, es personal, es propio; lo que sí se puede hacer es crear las condiciones para favorecer el aprendizaje y, por lo tanto, acelerar ciertos procesos”.

 

En la Universidad, explicó, la educación está ligada a criterios de calidad y sobre todo se considera un derecho humano, “por lo tanto, lo que debe hacerse es desarrollar el máximo potencial de las personas que participan: profesores, estudiantes, personal de apoyo y administrativo; es decir, todo proceso educativo debería permitir que las personas fuéramos mejores”.

 

El rol del profesor, agregó, está intrínsecamente ligado al aprendizaje, por lo que, “si queremos escribir nuestra propia historia como profesores debemos asegurar que en la otra parte del proceso también estén sucediendo cosas, no sólo es transmitir lo que creo que debo transmitir, sino que las otras personas aprendan, no que aprueben o no aprueben, se vayan o se queden, sino que aprendan”.

 

Queda claro, destacó, que el aprendizaje es personal e individual, “sólo aprende la persona, los docentes no podemos aprender por ellos ni ellos por nosotros. Visto así, cuando hablamos de aprendizaje acelerado debemos ver dos cosas: por un lado, que los procesos personales se favorezcan, se faciliten, y por el otro que las condiciones sociales de experiencia compartida se diseñen de manera que sean positivas para los estudiantes”.

 

Cuando hablamos de educación, dijo, “se habla de desarrollo biopsicosocial porque cuando aprendemos desarrollamos nuestras conductas. Hablar de educación acelerada es una condición particular, un programa especial para darle a los estudiantes en desventaja la oportunidad de ponerse a tiempo con su nivel, mientras que el aprendizaje acelerado tiene que ver con los enfoques de enseñanza-aprendizaje sustentados en evidencias cognitivas y de neurociencia”.

 

Monroy Galindo explicó que, cuando aprendemos, intervienen todos los procesos neuronales, “por lo que aprender se vuelve un proceso complejo que requiere de reordenar en nuestro cerebro una serie de condiciones que están asociadas a muchos otros procesos”. Hoy, agregó, “la neurociencia ha identificado esos procesos y sabe cómo funcionan para facilitar, entorpecer o limitar el aprendizaje”.

 

Dijo además que, debido a ello, el profesor tiene una serie de funciones que lo obligan a tener que pensar en todos los procesos implicados en el aprendizaje, “es un modelo personal que tiene que ver con cómo les doy la información y como la estructuro, tiene que ver con recursos, con planear, evaluar y facilitar. El profesor tiene muchos roles que debe cumplir en el proceso educativo, no sólo llega y transmite conocimiento”.

 

“Nosotros, como profesores, creemos que llegamos, damos la clase, hablamos y ya con eso es suficiente; sin embargo, es preferible implementar varias formas de trabajo, ya que entre más formas usemos para estimular el aprendizaje es mucho mejor. El papel del profesor no debe ser sólo el de transmitir, porque el conocimiento está en todos lados, lo que tenemos que hacer es organizarnos entre nosotros y definir con mucha claridad el proyecto formativo”, compartió.

 

Por último, señaló que “el aprendizaje acelerado debería ser una constante en la Universidad para facilitar que nuestros alumnos aprendan; debemos pensar en sus emociones, motivaciones, pensamientos y actitudes. Todos juntos deberíamos estar trabajando al mismo tiempo, con todos, para que nuestros alumnos aprendan, eso aceleraría el aprendizaje”.

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