Repasan papel de los castrati en historia de la Música

*Blanca Reyes abordó el tema en el marco del programa “Aulas Culturales para Mayores”.

Como parte del programa Aulas Culturales para Mayores de la Universidad de Colima, la académica Blanca Reyes Martínez impartió la videocharla “Los Castrati, historia de cantos y barbarie”, en la cual expuso que la castración de seres humanos ha existido desde tiempos inmemoriales.

Habló primero de los eunucos, a quienes los sultanes los dejaban al cuidado se su harem; “eran hombres muy solicitados por los grandes señores de la antigüedad, pues no significaban un riesgo de procrear hijos bastardos; en muchos casos, eran visires de los sultanes”.

Agregó que también en el comercio de esclavos, los castrados tenían más valor para la realización de funciones palaciegas o para formar parte de ejércitos: “En obras literarias como ‘Las mil y una noches’ podemos encontrar muchos personajes eunucos realizando este tipo de actividades”.

Para ilustrar y dar más claridad al contexto en el cual se desarrolló el fenómeno de los eunucos, la catedrática mostró fragmentos de la película de Oliver Stone “Alexander” (2004), donde se puede observar el encuentro entre Alejandro Magno y el eunuco Bagoas en el harem del rey persa Darío III, eunuco que después sería amante del conquistador de Macedonia.

En cuanto a los castrados en la música, la académica refirió que el pontífice Paulo IV, quien fuera Papa de 1555 a 1559, prohibió la presencia de mujeres en el Vaticano y, desde ese momento, para alcanzar los registros femeninos en los coros se utilizaron niños; “el problema con la carrera musical de estos niños era que, al cambiar su voz, se tenía que preparar rápidamente a los nuevos y esto alentó las mutilaciones en nombre del arte”.

Señaló que aun cuando algunas castraciones se originaban por accidentes o enfermedades que sufrían los niños, a estas causas se sumaba la pobreza en la que vivían muchas familias, que veían en sus niños con buena voz una manera de salir de su situación, pues los castrati que destacaban podían tener un buen salario, el apoyo de mecenas, así como el reconocimiento social; “alrededor de cuatro mil niños de entre ocho y doce años eran mutilados anualmente al servicio del arte”.

 Reyes Martínez dijo que en el siglo XVI surgió en Italia una sociedad de artistas e intelectuales llamada la Camereta Florentian, quienes consideraban que los grandes dramas griegos tenían que ser cantados, lo que dio origen a la ópera italiana en el siglo XVII, donde las voces agudas simbolizaban la heroicidad y la virtud, mientras que las voces más graves representaban a los villanos: “En los papeles femeninos de las óperas, en muchas ocasiones van a encontrarse los castrati, algunos de ellos superestrellas de la época en la que les tocó vivir, con altos salarios y la adoración de su público”.

 

En este sentido, señaló que la formación de los castrati se realizaba en escuelas especializadas, donde los niños aprendían interpretación de obras difíciles, práctica de trinos, ejercicio de adornos melódicos, clases frente al espejo para evitar movimientos corporales innecesarios o muecas faciales, lectura de obras literarias, estudio de teoría musical, contrapunto, copiado de dictados, interpretación de instrumentos y composición.

 

El fin oficial de las castraciones lo estableció el 22 de noviembre de 1903 el Papa Pío X, quien dijo que a partir de esa fecha serían los niños quienes interpretarían las voces agudas en vez de los castrati. Comentó que entre los castrados más reconocidos en la historia de la Música se encuentran Baldassare Ferri (1610-1680), conocido también como el Divo de los Castrati, quien se caracterizó por el excelente uso de la dosificación del aire al cantar; Francesco Bernardi Senesino (1685-1759), cantante predilecto del compositor Georg Friederich Haendel, que con casi dos metros de altura era perfecto para los papeles de héroe, así como Giovanni Battista Velluti “Giambatista” (1780-1861), a quien se le recuerda porque los últimos papeles compuestos para los castrati fueron creados para él.

 

También habló de Carlo Broschi “Farinelli” (1705-1782), uno de los más famosos de la historia, quien nació en Andria, al sur de Italia, en el seno de una familia de la baja nobleza, que lo enviaría al conservatorio tras un accidente a caballo y una riesgosa operación: “Su seudónimo lo retomó como agradecimiento a sus mecenas, los hermanos Farina, quienes pagaron sus estudios y manutención”, expuso.

 

Por último, dijo que Farinelli persuadió al rey Fernando VI (hijo de Felipe V), de establecer la ópera italiana en España. Dirigió el Colegio Real de Santa Bárbara de Niños Músicos conocido como “Casa de los Capones” en España, y además de cantante fue compositor e instrumentista. Para ilustrar la interpretación y el momento histórico de este cantante, la catedrática proyectó algunas escenas de la película Farinelli de 1994, la cual recomendó a las y los asistentes.

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