Por primera vez en 59 años, la reina Isabel II dejó el trono vacío al no asistir a la apertura del Parlamento, evento primordial en su agenda y fue su hijo, el príncipe Carlos, heredero a la corona británica, quien la representó, como en otros cuantos eventos oficiales ya lo ha hecho.
La decisión fue tomada a causa de sus problemas de salud y movilidad que la acechan desde finales del 2021, así se dio a conocer en un comunicado oficial proveniente del Palacio de Buckingham y sin indagar en detalles.
“La reina sigue experimentando problemas episódicos de movilidad y tras analizar la situación con sus médicos, ha decidido que no participará en la apertura del Parlamento”.
Tradicionalmente, para esta importante ceremonia, la soberana de 96 años, arribaba a la Cámara de los Lores o Cámara Alta en una carroza de Estado, escoltada por soldados a caballo con uniforme ceremonial y al entrar, se sentaba en el trono, vestida con la túnica de Estado y abría formalmente una nueva sesión del Parlamento, con un discurso enfocado en los planes de Gobierno.
Hasta el último momento su presencia a la ceremonia se mantuvo en duda dado que el deseo de la monarca era participar en el discurso, aunque ya se había puesto sobre la mesa, la opción de que el príncipe Carlos sería su reemplazo en caso de necesidad.
Nota publicada en El Sol de México