César Barrera Vázquez
La política tiene muchas formas de medirse. Hay quienes pasan por el poder sin dejar huella, y hay quienes logran transformar realidades con decisiones concretas. Por eso, si la gobernadora Indira Vizcaíno Silva logra consolidar el Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil (CRIT) Teletón en Colima, su nombre quedará registrado como el de una mandataria que impulsó una de las inversiones públicas más importantes para las personas con discapacidad en la historia del estado.
El anuncio de la posible instalación del CRIT en la parte norte del Parque Regional “Griselda Álvarez” no es menor. La gobernadora ha destacado que este espacio garantizaría accesibilidad y permitiría conservar la mayor cantidad posible de áreas verdes. Además, su ubicación facilitaría el acceso al transporte público, un factor clave para las familias que requieran atención en el centro.
Pero más allá de la ubicación, lo relevante es el impacto social del proyecto. El padrón estatal de personas con discapacidad asciende a 20 mil beneficiarios, una cifra que refleja la necesidad de infraestructura especializada. Actualmente, muchas familias colimenses deben trasladarse a otros estados para recibir atención en un CRIT, lo que representa un gasto adicional y una dificultad enorme para los pacientes. Con la instalación del CRIT en Colima, no sólo se atendería a la población local, sino que se extendería la cobertura a pacientes de Jalisco y Michoacán.
La inversión en el proyecto no ha sido tomada a la ligera. El gobierno estatal ha planteado que, si los recursos recaudados por el Teletón no son suficientes para su operación, el estado garantizará el mantenimiento del CRIT con un costo anual estimado en 20 millones de pesos. Se trata de una cantidad razonable si se considera el beneficio que traerá para miles de personas que requieren terapias especializadas y acceso a tecnología de rehabilitación.
Pero este respaldo no es fortuito ni aislado. El primer año del gobierno de Claudia Sheinbaum ha representado un cambio notable en la relación entre la federación y los gobiernos estatales. A diferencia del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, donde cualquier inversión pública debía pasar primero por la centralización de recursos, Sheinbaum ha mostrado un enfoque más pragmático: sus primeros meses han estado marcados por una relación más fluida con los estados, permitiendo que proyectos de alto impacto social reciban respaldo sin caer en la lógica de “si no es idea del presidente, no se hace”.
Si Indira Vizcaíno logra concretar este proyecto, su legado quedará marcado como el de una gobernadora que apostó por la inclusión y el bienestar de uno de los sectores más vulnerables de la sociedad. La política no sólo se trata de administrar recursos, sino de saber dónde y cómo invertirlos para cambiar vidas. Y pocas inversiones pueden tener un impacto tan profundo como garantizar atención de calidad para las personas con discapacidad.
Dos puntos
En un panorama donde muchas decisiones políticas están marcadas por cálculos electorales, es fundamental reconocer a quienes impulsan proyectos con visión social. Si el CRIT Colima se materializa, Indira Vizcaíno no sólo habrá tomado una decisión histórica, sino que habrá demostrado que la verdadera transformación se mide en acciones, no en discursos.