El Partido del Trabajo se pronuncia en contra del proyecto de la Ley General de Aguas, promovida por el diputado federal priista José Ignacio Pichardo Lechuga, ya que tiene como propósito la privatización del vital líquido y favorecer los intereses de las grandes empresas nacionales y extranjeras, lo que resulta deleznable y condenable.
Sin duda, el gobierno federal pretende dar otro golpe más al bienestar de los mexicanos. Derivado de la Reforma Energética, intenta entregar el agua de los mexicanos a manos corporativas que sólo buscan explotar nuestras riquezas naturales y arrebatar a los mexicanos un recurso esencial para su sobrevivencia.
Responsabilizamos al gobierno federal y a sus cómplices en la Cámara de Diputados del gran daño que causaría la aprobación de la Ley General de Aguas, ya que con ello se concreta una parte más de la Reforma Energética puesto que se legaliza el uso del fracking para la extracción de gas y aceite a costa de la contaminación de los mantos freáticos, por lo que ante su escasez el agua para consumo humano se encarecerá.
El PRI y el gobierno federal pretenden dejar el terreno propicio a los grandes capitales para sacar el máximo provecho de los recursos naturales nacionales y evitar que la ciudadanía se interponga mediante protestas, por lo cual recién fue aprobada la Ley de Seguridad Interior, y así ahondar la brecha de desigualdad en México con pocos ricos y muchos pobres, siguiendo el modelo neoliberal que ha sido dictado desde el exterior.
“Es inconcebible el daño que el gobierno ha hecho al pueblo mexicano en los últimos años, se ha convertido en un país donde priva la ley del poderoso y deja en total indefensión a los ciudadanos coartando sus derechos”, sostuvo Alberto Anaya Gutiérrez, Coordinador Nacional del Partido del Trabajo.
Asimismo, señaló que “es una vergüenza que los que tanto daño han causado al país, ahora vengan a exhibir sus supuestos logros y además se atreven a pedir el apoyo de la ciudadanía para las próximas elecciones”.
Por tanto, exigimos al gobierno, al PRI y a los legisladores abstenerse de presentar ese bodrio que causará una tragedia nacional y con consecuencias irreparables de por vida en perjuicio de la mayoría de los mexicanos.